lunes, diciembre 20, 2010

Lo mejor del 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com

10. CARLOS (Olivier Assayas)

Jack Nicholson ha declarado en varias ocasiones que nunca va a hacer televisión, porque él es un actor de cine. No vamos a discutir aquí los méritos cinematográficos de películas como Anger Management o As good as it gets, pero es importante señalar que en últimos años, en muchas instancias la televisión ha resultado ser mucho más interesante, arriesgada y propositiva que el grueso de lo que se ve en las pantallas de cine. Justamente Carlos, producida originalmente para la televisión francesa pero estrenada comercialmente en salas, resultó ser una de las propuestas más interesantes del año. De cinco y media horas de duración (en algunos lugares se estrenó en una versión de dos y media), Carlos intenta descifrar al enigmático terrorista conocido como Carlos “El Chacal”, autor de varios atentados que paralizaron Europa desde 1975, hasta su arresto en Sudán en 1994. Mención especial merece el actor venezolano Edgar Ramírez, en una actuación realmente fuera de serie, que interpreta al complicado personaje durante los veinte años que transcurren en la cinta sin hacer dudar al espectador por un momento, que él no es el políglota terrorista. Además, Carlos es particularmente relevante en éstos días; las últimas escenas de la película ocurren en los campos de entrenamiento donde Osama bin Laden comenzó su preparación terrorista.



9. SOMOS LO QUE HAY (Jorge Michel Grau)

Las frecuentes discusiones sobre “el problema del cine mexicano” terminan habitualmente en dos teorías. La primera sostiene que el cine de Hollywood es un gigantesco monstruo insaciable y la única forma de vencerlo es competir directamente y hacer productos similares. La otra teoría dice que el cine de Hollywood es un gigantesco monstruo insaciable y la única forma de vencerlo es hacer películas completamente personales, que ganen premios en festivales europeos; no importa que no tengan público y que nadie se interese en verlas (es más, a veces hasta parece que lo importante es que nadie las vea). Lo curioso es que la mayoría de los realizadores de éxito se ubican al centro de ambas teorías; es el caso del estupendo debut de Jorge Michel Grau, Somos lo que hay. Tomando como base el melodrama familiar más tradicional, Grau agrega un elemento singular; el canibalismo (a mi parecer, por primera vez en el cine mexicano), y el resultado es una cinta increíblemente fresca y original. La historia sigue a una familia en apariencia bastante regular durante las horas que siguen a la muerte del patriarca. Lo que hace que ésta familia no sea ordinaria es que se trata de un clan de caníbales en el cual el padre es el principal proveedor, por lo que su deceso pone en peligro la supervivencia de toda la familia.



8. SOUND OF NOISE (Ola Simonsson y Johannes Stjärne Nilsson)

Una de las películas más divertidas del año, Sound of Noise es también una de las más originales; un grupo de artistas (o terroristas, según el punto de vista con que se les vea), hartos del mal gusto de la gente deciden embarcarse en un proyecto monumental que incorporará a la ciudad completa y la liberará de mala música. Esto incluye, desde luego, cometer varios actos ilegales, por lo que la policía intenta detenerlos.



7. SUBMARINO (Thomas Vinterberg)

En principio, Submarino puede sonar a una más de esas películas que intentan ser profundas acumulando tragedia tras tragedia sobre sus personajes, que estoicamente deben aceptar que la vida es una basura. Sin embargo, el talento de Vinterberg (Festen, Dear Wendy) hace que la película sea mucho más que un catálogo de miserias humanas y además de deprimente y devastadora, sea una interesante reflexión sobre el azar, además de explorar el origen y las causas de tales miserias. Dos hermanos intentan llevar una vida normal, a pesar de tener que ocuparse de su hermano de apenas unos meses de nacido y su madre alcohólica y medio zorra. La primera tragedia (la muerte del bebé, apenas a tres minutos de iniciada la película), marca profundamente a ambos hermanos, que una vez adultos, tienen una serie de problemas de adaptación; uno de ellos es drogadicto, el otro es excepcionalmente violento, ambos en problemas con la ley. Vinterberg nunca cae en la explotación, dándose además el lujo de experimentar con el tiempo (la historia de cada uno de los hermanos se narra en diferentes planos temporales).



7. THE KIDS ARE ALRIGHT (Lisa Cholodenko)

Otra familia convencional con una ligera variación; un par de hijos adolescentes, una casa en los suburbios, padres que tienen opiniones encontradas sobre el uso de las motocicletas o la universidad, pero que adoran a sus hijos. La diferencia aquí es que esta familia tiene dos madres, una pareja de lesbianas, interpretadas extraordinariamente por Annette Benning y Julianne Moore. La hija mayor, que está a punto de dejar la casa para entrar a la universidad, cumple dieciocho años, por lo que legalmente está autorizada a indagar la identidad del donador de semen utilizado para engendrarla. Su interés es menor, en realidad es su hermano menor quien está más interesado en conocer a su padre biológico. Sin que sus madres se enteren, localizan a Paul, quien resulta ser un tipo alivianado y adorable, más que dispuesto a integrarse a la vida familiar de los jóvenes, lo que no le cae muy bien a una de las madres. Pocas veces un tema de actualidad es tratado en cine de forma tan divertida; es una interesante reflexión sobre la relevancia de la familia tradicional, un llamado a la tolerancia y una divertida comedia. ¿Se puede pedir más?



5. LE QUATTRO VOLTE (Michelangelo Frammartino)

No es muy frecuentemente que se abandona la sala de un cine pensando: “Nunca he visto algo así”. Le quattro volte es uno de esos casos. Sin el uso de ningún narrador (y en realidad prácticamente sin usar palabras), Frammartino retrata cuatro ciclos vitales; un viejo pastor, una cabra, un árbol y una pila de carbón. La inspiración es la teoría de transmigración de almas de Pitágoras (un alma pasa de un hombre a un animal, luego a un vegetal y luego a un mineral antes de repetir el mismo ciclo), mostrando la vida diaria de cada uno de ellos hasta su muerte, incorporando delirantes detalles (como una extraña fiesta popular o un extraordinario plano secuencia protagonizado por un perro). No es una película fácil, pero una vez que se aceptan las reglas, la experiencia vale la pena.



4. BLUE VALENTINE (Derek Cianfrance)

Un sinnúmero de películas narran el encuentro entre un hombre y una mujer, las dificultades que enfrentan para estar juntos y terminan cuando la pareja decide finalmente casarse o estar juntos. Blue Valentine no es la excepción. Lo interesante es que la película nos cuenta también lo ocurre después, y de modo paralelo, describe con detalle casi científico la paulatina desintegración de la pareja, el aburrimiento, las peleas (sorprendentemente realistas) y la total degradación de los personajes. Desarrollada a lo largo de casi diez años con Michelle Williams y Ryan Gosling, que llevan crédito de coproductores, por momentos parece un documental sobre terapia de parejas. Estupenda.



3. CARANCHO (Pablo Trapero)

Reelaboración del cine noir, trasladado a una oscura y peligrosa Buenos Aires, donde según se nos informa, los accidentes de tráfico son inusualmente comunes. Ricardo Darín (¿no hay más actores en Argentina?) interpreta al zopilote del título, un abogado que se aparece en cuanto ocurre un accidente de tránsito, parte de un complejo sistema para hacer fraudes a las compañías de seguros. Conocer a una atractiva paramédico le inspira a cometer un último fraude para poder retirarse, pero como en toda película noir respetable, las cosas salen mal y las consecuencias son aterradoras. Los últimos diez minutos de la película son particularmente extraordinarios.



2. RABBIT HOLE (John Cameron Mitchell)

El autor de la insoportable Shortbus (inexplicablemente la película favorita de varias personas que conozco) continuó su trabajo con una delicada, sobria y poderosa reflexión sobre el duelo y la muerte. Supuestamente, Nicole Kidman vio la pieza teatral, compró los derechos, escogió a su compañero de reparto y seleccionó personalmente a Mitchell para realizar la película, todas elecciones resultando ser bastante inspiradas. Kidman y Aaron Ekhart son una pareja que acaba de perder a su pequeño hijo en un accidente. Ocho meses han pasado y ambos enfrentan la pérdida de modo diferente; él intenta recordar al pequeño todas las noches, quiere que su habitación se conserve intacta y activamente intenta asistir a grupos de terapia. La madre, en cambio, opina que para finalmente dejar el accidente atrás, hay que remover las cosas que les recuerden constantemente la pérdida. Evidentemente, no hay respuesta correcta a sus preguntas y su relación comienza a deteriorarse a partir de ello. Hubiera sido fácil caer en el melodrama fácil o en el drama azotado; la sorpresa es que Mitchell maneja todo con un naturalismo sorprendente, con mucho humor y la película termina con una fabulosa nota de esperanza.



1. MARWENCOL (Jeff Malmberg)

Un hombre es brutalmente golpeado afuera de un bar, quedando en coma. Cuando despierta, ha olvidado prácticamente toda su vida debido al severo daño cerebral. No recuerda a sus amigos ni a su familia, pero se muda a casa de su madre para recibir atenciones. Poco a poco comienza a reincorporarse a la vida, dándose cuenta de que tiene una enorme facilidad para las manualidades y comienza a construir en su jardín un mundo alternativo, el país de Marwencol, tomando fotos de las aventuras de los personajes que ahí viven. En un año en que el documental brilló, Marwencol fue quizás la sorpresa más agradable del año. Excepcional.



sábado, septiembre 18, 2010

Descubrimientos: Edgar Wright

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com



Tradicionalmente la comedia se ha visto con cierto desprecio en el mundo del cine. Rara vez se programan comedias en festivales importantes, más raro aún es que reciban premios. Y sin embargo, ciertos directores han demostrado el mismo rigor, originalidad y coherencia en sus comedias que sus más galardonados colegas; ojalá algún día se les vea con el mismo respeto.

Uno de esos directores, que en poco tiempo ha logrado una interesantísima carrera es el británico Edgar Wright, quien nunca asistió a una escuela de cine y comenzó haciendo películas caseras a los ocho años. Al terminar la preparatoria, Wright realizó un largometraje amateur titulado A Fistful of Fingers (Un puñado de dedos), una película de muy bajo presupuesto que no encontró distribuidor, pero llamó la atención lo suficiente para que le ofrecieran trabajo en televisión, dirigiendo algunos sketches de una serie llamada Asylum, en la que varios cómicos interpretaban a los pacientes de un hospital psiquiátrico.

La serie no tuvo demasiado éxito, pero en 1999 dos de los protagonistas decidieron iniciar un nuevo proyecto, invitaron a Wright a realizarlo, lo que terminó en una exitosa serie, Spaced.

http://www.youtube.com/watch?v=7sqSQ5Vu8vM

Escrita por sus protagonistas, Simon Pegg y Jessica Stevenson, Spaced tenía una simple premisa; un aspirante a dibujante de comics y una joven con intenciones de convertirse en escritora se conocen buscando el departamento ideal, el cual encuentran pero se encuentra disponible sólo para una pareja, por lo que deben fingir que han estado juntos durante algunos años (a pesar de haberse conocido una semana antes). Si bien la serie se nota un poco pasada de moda, fue muy avanzada para su momento, utilizando para la pantalla chica arriesgado lenguaje cinematográfico, originales emplazamientos y técnicas de edición usadas en videoclip y comerciales (lo cual en la época era inconcebible). Sobre todo, Spaced permitió a Wright armar un equipo que lo ha acompañado en todas sus películas. Spaced duró dos temporadas y fue todo un éxito, por lo que eran elevadas las expectativas para su primer largometraje Shaun of the Dead.



Pegg interpreta a Shaun, un sujeto que trabaja en un supermercado en un pueblillo inglés donde no hay mucho qué hacer además de tomar cerveza en el mismo pub con la misma gente. Su novia, deseosa de hacer cosas diferentes, termina por terminar la relación, pero en ese momento, una epidemia invade el país y la población comienza a transformarse en zombie, lo que podría dar a Shaun la oportunidad de probarle a su amada que no es un inútil. Escrita por Wright y los actores de Spaced, Shaun of the Dead es una cinta de zombies, con claras referencias a clásicos del género, como Dawn of the Dead, pero dándole un toque personal, un estilo muy distinto al del cine de horror tradicional y a pesar de ser un sincero homenaje, la película tiene su mayor virtud en no tomarse nunca muy en serio, logrando con ello la nada fácil misión de ser al mismo tiempo divertida, aterradora e incluso bastante conmovedora en sus últimos minutos.



Shaun of the Dead fue un sonado éxito y permitió al equipo realizar con facilidad su siguiente película Hot Fuzz. Si A Fistful of Fingers fue un homenaje al spaghetti western y Shaun of the Dead rendía honores al cine de terror, en Hot Fuzz Wright y compañía rinden culto a las películas de acción con las que crecieron y que se convirtieron en referencias obligadas para un público masculino de cierta edad. Un policía londinense es estupendo detective, honesto y trabajador, lo cual comienza a acarrearle problemas con el resto de sus colegas un tanto flojos y corruptos, por lo que es transferido a un pequeño pueblo donde no ocurre ningún crimen… en apariencia. Una de las mejores comedias recientes.



Poco a poco, Wright ha ido adquiriendo un nutrido grupo de admiradores, dispuestos a trabajar con él en cualquier forma; Cate Blanchett aparece por unos segundos en Hot Fuzz, Quentin Tarantino y Robert Rodríguez lo invitaron a participar en la cinta Grindhouse y actualmente se encuentra escribiendo Tin Tin de Steven Spielberg, en la que también participarán Simon Pegg y Nick Frost, con quienes prepara también una nueva cinta.



Su cinta menos interesante, aunque probablemente esto se deba también a una cuestión generacional, es Scott Pilgrim vs. The World. En ésta ocasión, la película se basa en una novela gráfica, inspirada a su vez en el lenguaje de los videojuegos; Scott Pilgrim es un joven torpe, que no es muy bueno hablando con mujeres y sólo puede brillar mientras toca con su banda. Conoce a una joven, de la que se enamora de inmediato y parece inalcanzable, pero para estar con ella deberá “vencer” a cada uno de sus “diabólicos exes”. Así, cada ex romance de la joven, equivale a ir “pasando” a un siguiente nivel, en el que deberá superar distintas pruebas, cada nivel siendo más complicado que el anterior. Si bien la cinta tiene muchas cosas muy interesantes, sobre todo visualmente, aunque espectadores de cierta edad probablemente no la disfruten tanto. Es la única cinta en la que no participan sus actores habituales y es su primera película no rodada en Inglaterra, pero es tan reconocible como sus mejores trabajos.



miércoles, agosto 04, 2010

El cine prohibido

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Conforme las historias contadas por los primeros cineastas se iban haciendo más complejas y el medio se popularizaba más, hubo necesidad de regularlo. En Hollywood, los estudios adoptaron en 1934 el Código de producción de películas, mejor conocido como el Código Hays, que prohibía el lenguaje vulgar, las representaciones de sexo (y particularmente las alusiones a “prácticas perversas”), el retrato negativo de la religión y en general toda idea que “fuera en contra de la moral del público). En otros países existen organismos que se encargan de autorizar la distribución de las películas, organismos susceptibles de no permitir la proyección de una película si la consideran ofensiva. A continuación, cinco de las más emblemáticas cintas, que según algunos, no deben verse.

1. Los Demonios (The Devils, Ken Russell, 1971)

Es posible imaginarse lo que estaba pensando el ejecutivo de la Warner Bros. al autorizar el rodaje de Los Demonios. El director disfrutaba aún el éxito (y los Óscares) de su película Women in Love, sus actores (Vanessa Redgrave y Oliver Reed) tenían prestigio y poder de taquilla y la fuente literaria (una novela de Aldous Huxley), sonaban a trancazo garantizado. Sin embargo, fue todo lo contrario (la novela fue inspirada por un hecho real que a su vez inspiró también la cinta Madre Juana de los Ángeles de Jerzy Kawalerowicz). En medio de una violenta guerra entre católicos y protestantes, el cardenal Richelieu convence al rey Luis XIII de destrozar las murallas de algunos pueblos, para evitar que éstos sean tomados por protestantes. Cuando toca el turno al pueblo de Loudun, al cura local no le parece nada la idea, lo cual lo pone en oposición directa con las autoridades. El padre Grenier es bastante carismático y popular y además disfruta de toda clase de placeres mundanos, lo que también le ha ganado un par de enemigos. La madre superiora del convento local, enamorada del padre, lo invita a convertirse en asesor espiritual del mismo y cuando este se niega, la monja finge estar poseída por el demonio, por culpa de Grenier. Las autoridades no tardan acusar al padre de herejía e inician un proceso en su contra.

Además de las escenas de contenido sexual, lo interesante aquí es que la película termina diciendo que el padre, disoluto y mujeriego, resulta ser más cristiano, justo y coherente, que el corrupto y manipulador sistema religioso, aunque quizá lo que más molestó a grupos conservadores fue la escena en el que la madre superiora tiene una fantasía sexual con el padre Grenier, a quien imagina crucificado con todo y corona de espinas. Imaginativa, innovadora, provocadora y además bastante entretenida, Los Demonios fue casi unánimemente vapuleada por la crítica, prohibida en varios países y a la fecha no se encuentra disponible en ningún lado, fuera de un par de copias que aparecen de vez en cuando en festivales especializados y uno que otro VHS.



2. El paso suspendido de la cigüeña (To meteoro vima to pelargu, Theo Anguelopulos, 1991)


A veces, el resultado de la censura es un inesperado éxito de taquilla (como en el caso de El Crimen del Padre Amaro), un desastre comercial (la estupenda The Golden Compass) pero también puede resultar en la eterna condena del alma, dependiendo de las creencias personales. Fue lo que le ocurrió al maestro griego Theo Anguelopulos. Resulta que el obispo del pintoresco poblado de Florina siempre tuvo problemas con el cine del realizador, y cuando se enteró que el rodaje de su nueva cinta se realizaría en el pueblo, el obispo pidió a las autoridades que le negaran los permisos correspondientes, pues la película era anti-cristiana y anti-nacionalista (la película explora el concepto de “frontera” y varios personajes repiten durante la misma que el concepto es inútil, arcaico y prefabricado). Dado que las autoridades no hicieron caso (lo cual, en la sociedad ortodoxa griega ocurre muy pocas veces), el obispo se enojó aún más, amenazando a los locales con excomulgar a todos aquellos que participaran o ayudaran en el rodaje. Esto tampoco funcionó, por lo que una vez comenzado el rodaje, el obispo, ayudado por algunos seguidores, se dedicaban a interrumpir el rodaje a cada oportunidad, robando utilería, abandonando autos en locaciones y haciendo mucho ruido una vez que las cámaras comenzaban a rodar (el obispo instaló bocinas en la catedral para emitir oraciones y amenazas mientras se filmaban algunas escenas). Finalmente, el rodaje concluyó y lo único que le quedó al pobre obispo fue emitir una carta de excomunión a todos el equipo de filmación, equipo que incluía desde luego a Anguelopulos, Marcello Mastroianni y Jeanne Moreau.



3. La última tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, Martin Scorsese, 1988)


Esta es una de las cintas más controvertidas, basada en uno de los libros más controvertidos y como es el caso frecuentemente, buena parte de la controversia ocurrió antes del rodaje. En 1983, grupos cristianos se apresuraron a tratar de impedir el rodaje de la cinta basada en la novela (que no habían leído) de Nikos Kazantakis (excomulgado a causa de la misma), enviando miles de cartas a cada estudio que mostraba interés en realizar la cinta y amenazando boicotear todas las empresas relacionadas con ellos. La organización fue tal que en algún momento se llegaron a recibir cinco mil cartas al día. La distribuidora United Artists (que en ese momento poseía una enorme cantidad de salas) anunció que no exhibiría en sus pantallas la cinta y finalmente, con el riesgo de no poder exhibirla, Paramount decidió abandonar el proyecto. Sin embargo, cinco años más tarde, a insistencia de Scorsese, Paramount Pictures decidió retomar el proyecto, aprovechando que ahora tenía una empresa “hermana”, la cadena de cines Cineplex Odeon, a la que convencieron además de participar como coproductora.

Paramount decidió tomar ciertas precauciones, entre ellas, contratar a un grupo de pastores para realizar un lanzamiento entre grupos cristianos. El líder del grupo aceptó sin leer el guión, y cada vez que pedía ver avances los productores inventaban cualquier excusa. Cuando el pastor finalmente leyó el guión terminado renunció y encabezó después el boicot a la película (aunque no la había visto), llamándola “el fruto de la mente de un grupo de depravados deseando corromper al mundo” y “enferma”, agregando que su exhibición provocaría que los cristianos “perdieran la fe”. Lo que sigue fue una serie de manifestaciones, algunas acompañadas de bombas molotov, que fueron empeorando conforme se acercaba la fecha programada del estreno. En varios países ocurrió lo mismo y en otros, como México, simplemente no se estrenó.

4. Soy curiosa – Amarillo (Jag är nyfiken – gul, Vilgot Sjöman, 1967)


A fines de los sesenta se desató un escándalo debido a una extraña película sueca, cuando fue confiscada en la aduana la primera copia en llegar a Estados Unidos. El director de la compañía Grove Press, la cual se había especializado en la publicación de textos controversiales, como Trópico de Cáncer o El Almuerzo Desnudo, visitaba la feria del libro en Frankfurt y de lo que todo el mundo hablaba no era un libro, sino una original película sueca, que estaba rompiendo records de taquilla en su país y era algo completamente innovador. El editor viajó a Estocolmo y compró los derechos para Estados Unidos. La actriz Lena Nyman interpreta a una joven actriz llamada Lena Nyman, quien mantiene una extraña relación con un director de cine llamado Vilgot Sjöman, interpretado por el director de la película, Vilgot Sjöman… Lena vive con su padre, un borrachín con ideología, y tiene una enorme inquietud por cuestiones sociales y frecuentemente organiza manifestaciones, plantones frente a embajadas y durante el curso de la película entrevista tanto a gente común y corriente como con Martin Luther King y Olof Palme sobre temas como equidad de género, la violencia del ejército y la diferencia de clases sociales.


Además de las constantes rupturas de tono y género, frecuentemente se incluyen carteles informativos, comentarios de un narrador e incluso una invitación a adivinar lo que contiene la bolsa de Lena y ganarse un terreno en España o un crucero de lujo. Sjöman pidió absoluta libertad y 100 000 pies de película blanco y negro (cuando rodar en color era ya la opción más popular). Originalmente de tres horas y media de duración, el director decidió hacer dos cortes complementarios de la película, Amarillo y Azul, según los colores de la bandera sueca (lo cual se recuerda constantemente al espectador, con voces de la nada que gritan “¡Esta es la versión amarilla!”¬. La controversia en Suecia se dio porque además de estar construida de forma nada convencional, la película cuestiona seriamente la posición política de los suecos respecto a muchos temas que nadie se había cuestionado antes; la controversia en Estados Unidos se dio debido a que Lena, además de cuestionarse frecuentemente el papel de la mujer en la sociedad, vive su sexualidad de forma abierta y explícita (Soy curiosa incluye varios desnudos frontales, sobre todo masculinos, que aún son raros en el cine). Se realizó un juicio en contra de Grove Press, acusando Soy Curiosa de “obscenidad”, juicio que perdió, lo cual dio una enorme publicidad a la película. En segunda instancia, un nuevo jurado decidió que la cinta no era obscena, pero cada estado debía decidir si se permitía o no su exhibición. La compañía desarrolló una inteligente estrategia, contratando a abogados en cada estado para defender la exhibición de la película, prometiéndoles pagos proporcionales con las ganancias de taquilla. Mucha gente jamás había visto una película que no estuviera en inglés, lo cual daba cierto status a querer verla (famosamente, Jackie Onassis abandonó la sala mencionando a un paparazzi que era “horriblemente aburrida”). Hasta el estreno de Il Postino, Soy Curiosa era la película (en lengua no inglesa) más taquillera en Estados Unidos.

5. Salò o los 120 días de Sodoma (Salò o le 120 giornate di Sodoma, Pier Paolo Pasolini, 1975)


La controversia puede provocar ganancias y pérdidas en taquilla, puede costarle a los involucrados su carrera (o en el caso de Anguelopulos el eterno reposo de su alma) pero sin duda el realizador que más caro ha pagado el ir contra corriente es Pier Paolo Pasolini, asesinado unos días antes de la premier de Salò. Quizá el ejemplo más clásico del cine prohibido, Salò mantuvo durante muchos años su status de película mítica y prácticamente no fue vista desde su estreno (en los pocos lugares donde se exhibió) hasta que fue relanzada recientemente. Inspirada en la novela igualmente controversial del Marqués de Sade, pero la acción es trasladada a la República Social Italiana, maniobra de Mussolini, cuya capital era el poblado lombardo Salò, donde Pasolini pasó algunos años en su juventud. Cuatro jerarcas fascistas (uno de ellos el obispo local) deciden embarcarse en una espectacular parranda, que incluye comprometerse con sus respectivas hijas, raptar a un grupo de jóvenes (hombres y mujeres) y someterlos al extremo posible de degradación, no sólo sexual (aunque además de los jóvenes raptados aparecen cuatro prostitutas), incluyendo varias escenas de tortura que hacen ver Hostel y Saw como si fueran películas de Disney. Es una cinta difícil de ver, sobre todo al imaginar que algunos de los excesos narrados por Pasolini ocurren siempre en estados totalitarios, pero es sin duda un ejemplo notable del retrato de los lados más oscuros de la mente.



Saló, La última tentación de Cristo y Soy Curiosa (Amarillo y Azul) están disponibles en estupendas ediciones DVD de Criterion. El paso suspendido de la cigüeña está disponible en DVD en Grecia, Francia y España.

lunes, mayo 24, 2010

Cannes '10 Los premios

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com

Las encuestas de varios medios acreditados daban casi por hecho que Another year de Mike Leigh se llevaría la palma de oro, por lo que fue realmente sorpresivo que ésta fuera a parar, por primera vez, a una cinta tailandesa; Lung Boonmee raluek chat (Tío Boonmee quien puede recordar sus vidas pasadas) de Apichaptong Weeserathakul. Tan compleja como su nombre, Boonmie es una mezcla de relatos populares, filosofía mística y varias escenas extrañísimas que incluyen muertos que regresan a visitar a los vivos y humanos que tienen sexo con fantasmas-animales. El segundo lugar, o gran premio, fue para De dioses y hombres, mientras que el premio a la mejor actriz fue para Juliette Binoche por Copia certificada y el premio al mejor director a Mathieu Amalric por Gira.


Una de las pocas películas que provocaron controversia este año fue Biutiful, de Alejandro González Iñárritu. Para muchos, fue una bella, compleja historia de redención, para otros fue una complicada y deprimente repetición de los temas habituales del director. La división llegó aparentemente incluso al jurado, que decidió que Javier Bardem compartiera el premio al mejor actor con Elio Germano, el protagonista de la italiana La nostra vita (Nuestra vida) de Daniele Luchetti, que si bien es cierto que no es una maravilla, tuvo muchas cosas interesantes y estupendas actuaciones, a pesar de un guión autoindulgente que necesitaba mucho más trabajo.


El premio al mejor guión fue para la coreana Poesía, mientras que el premio del jurado fue otorgado a la película de Chad Un homme que crie (Un hombre grita), una obra sencilla, que gracias al premio será vista en muchos lugares y por un público que seguramente nunca ha visto una película africana.


Fuera de los premios también quedó mi película favorita de los últimos días del festival, Szelíd Teremtés- A Frankenstein Terv (El hijo frágil – Proyecto Frankenstein), de Kornel Mundruczo , aunque no fue sorpresivo dado que no fue una cinta muy popular, que sin embargo me pareció una bastante interesante reinterpretación de la novela de Mary Shelley. El doctor Frankenstein es ahora un director de cine poco escrupuloso y la creatura es un adolescente violento y rebelde.

martes, mayo 18, 2010

Cannes '10 El lado oscuro de la vida

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com

Ayer en su conferencia de prensa, Woody Allen dijo que la vida era un doloroso sinsentido, por lo que más valía no esperar nada bueno de ella. Ese espíritu pesimista invadió las películas de hoy. Una de las más esperadas (ya había sido presentada en el festival de Sundance) fue el debut de Derek Cianfrance Blue Valentine, que es todo lo opuesto a una comedia romántica. Está narrada en dos diferentes líneas temporales; la primera narra cómo Dean conoce a Cindy, quien en principio lo rechaza, pero a fuerza de insistir comienza una entrañable relación. La segunda línea inicia, paralelamente, años después, cuando ya están casados y la mayoría de los momentos de pareja son o aburridos o bastante tensos. La estructura funciona, porque cada vez que vemos una tierna escena romántica, la siguiente escena nos recuerda del inminente fracaso de la relación.



Otra exploración del lado más oscuro de la humanidad fue la excelente Carancho, de Pablo Trapero. Ricardo Darín, que parece protagonizar todas las cintas argentinas, interpreta a Sosa, un coyote que se dedica a perseguir ambulancias y deambular en funerarias para envolver accidentados en complicados fraudes a aseguradoras. Cuando conoce a una joven paramédica (Martina Gusman, esposa del director), Sosa comienza a creer en alguna posibilidad de redención, lo cual será bastante difícil, pues está metido hasta las rodillas. Además de una corrosiva crítica social (la corrupción parece ser bastante natural a todos los personajes, sean abogados, médicos o policías), la película describe un ambiente opresivo, que como en el caso de Nueve Reinas, habla de gente desesperada, dispuesta a cualquier cosa por ganarse un dinerito. Por si fuera poco, es además muy entretenida, con una última parte realmente angustiante.



Un lado más espiritual se mostró en Des dieux et des hommes (De dioses y hombres), extrañísima historia (basada en hechos reales) de un grupo de monjes franceses, cuyo monasterio se ubica en un alejado paraje argelino. Los monjes cristianos viven en perfecta armonía con los habitantes (musulmanes) de la aldea cercana, a quienes brindan atención médica, apoyo con trámites e incluso apoyo moral y a su vez son invitados a las ceremonias locales. Durante buena parte de la cinta, seguimos a los monjes en sus tareas diarias (regar su parcela, producir miel y ejecutar bastantes cantos gregorianos), hasta que un grupo de rebeldes extremistas llegan al lugar a exigir medicinas. Se trata de una cinta que explora abiertamente temas religiosos y que ciertamente tiene un mensaje claro; el problema no es ninguna religión sino sus fanáticos, aunque su tratamiento es desconcertante, fascinante y por momentos insoportable, para llegar a una conclusión de la que Woody Allen estaría orgulloso; tal vez es cierto que es bueno no esperar nada de la vida.

Cannes '10 Documentales

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com



El año pasado, la lista de directores presentes en el festival era impresionante, compuesta por previos ganadores y grandes nombres conocidos incluso entre gente que no sabe mucho de cine, nombres como Almodóvar o Tarantino. Este año, dado que la lista es más discreta, los pocos nombres provocan grandes colas de hasta tres horas, para ver las nuevas cintas de Woody Allen o Godard. Por cierto, Godard no se molestó en asistir a la presentación de la cinta, que se estrena en Francia al día siguiente, además de que los subtítulos en inglés de Film Socialisme no tienen nada que ver con lo que se dice en pantalla, sino aforismos filosóficos o de plano uno que otro insulto.

Otro veterano en concurso, Bertrand Tavernier, presentó La princesse de Montpensier, una película histórica, cara, muy clásica, que narra los conflictos amorosos de varios hombres alrededor de la princesa del título, en el contexto de las guerras entre católicos y protestantes a fines de la edad media. Filmada con brío y muchos detalles muy buenos, es sin embargo un tanto fría y un poco aburrida.

Este año sobresale la abundante presencia de documentales, algunos muy logrados, otros no tanto. El mejor hasta el momento (y el más extraño) ha sido el italiano Le Quattro volte (Cuatro veces) de Michelangelo Frammartino. Sin una sola palabra, Frammartino explora filosóficamente el ciclo de la vida, en cuatro instancias; los protagonistas de la cinta son un grupo de cabras, un árbol, un viejo pastor y una montaña de carbón. Si bien algunos presentes se irritaron bastante con la radical propuesta y abandonaron la sala, los que se quedaron brindaron una fuerte ovación; la película es, ciertamente, algo bastante inusual.



De una forma similar pero mucho menos exitosa, Sophie Fiennes, hermana de Ralph, intenta darle la vuelta al documental clásico. Over your cities grass will grow (En sus ciudades crecerá el pasto) es un austero retrato del artista plástico Anselm Kiefer y de su obra. El problema es que la obra de Kiefer no es particularmente interesante y el artista mismo nunca dice gran cosa. Es como estar atrapado en una sala de museo donde la exhibición no es particularmente interesante.

Últimamente se ha popularizado cierto tipo de documental “activista”, que termina además con una dirección en internet en la que se puede obtener más información y registrarse para apoyar alguna causa o tomar acción. Eso en si no tiene nada de malo, el problema es que buena parte de dichos filmes están dedicados a un público joven que los cineastas imaginan tienen poca capacidad de retención por lo que deben llenarse de música e imágenes, además de que tienden a un didactismo que generalmente es muy poco cinematográfico. Es el caso de Countdown to Zero, de Lucy Walker, del que se espera, según su productor, que tenga el éxito de An inconvenient truth. Varios políticos, científicos y gente común y corriente saliendo del metro, discuten la problemática de las armas nucleares, lo cerca que hemos estado de una guerra nuclear y lo sencillo que sería para grupos terroristas obtenerlas. Hay muchas cosas muy buenas, como son las intenciones de los involucrados, pero mezclar testimonios de Tony Blair o Gorbachov con los de turistas en Manhattan no es muy serio, como tampoco lo es ilustrar los efectos devastadores de una bomba nuclear con imágenes de gente celebrando el año nuevo.



El director danés Christofer Boe, uno de los favoritos de ésta columna, presentó su último trabajo, Alting bliver godt igen (Todo va a estar bien), que en cierta forma es su cinta más accesible, aunque no deja de ser un rompecabezas, notablemente filmado. Es una de esas cintas que se disfruta más entre menos se sepa de antemano de que se trata.

domingo, mayo 16, 2010

Cannes '10 Romances

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com

Hoy hizo frío, cosa rara en esta temporada, e incluso llovió por un par de horas. Por lo menos, hubo mucho para entretenerse dentro del cine, por ejemplo, la elegante cinta coreana Hanyo (La sirvienta), reelaboración del clásico del cine coreano de los 60´s, a su vez realizado dos veces antes. Una joven entra a trabajar al servicio de una familia bastante acomodada, donde será principalmente nana, además de realizar labores varias de limpieza, aunque pronto comienza una relación con el atractivo patrón. Engaños, crímenes y traiciones varias desembocan en un final digno de telenovela. Superficial, pero muy entretenida.

El veterano realizador inglés Mike Leigh, quien triunfara en el festival en 1996 con Secretos y Mentiras, regresa al festival con la primera candidata a uno de los premios. Another year (Un año más) es otro delicado, agridulce estudio de la vida diaria. Gerri y su marido Tom son una pareja mayor en la que el romance está aún en todo su esplendor. Ella es terapeuta en un hospital, él es ingeniero, y en sus ratos libres se dedican a cocinar y a plantar un jardín de vegetales orgánicos. El problema es que varias personas alrededor no tienen la misma suerte, en especial la colega de trabajo Marie, terriblemente sola, que siempre necesita ser el centro de atención y que se niega además a aceptar que ya no es una joven. Hay momentos verdaderamente cómicos y otros bastante trágicos, y la película se siente un poco larga, pero es sin duda excelente.



Mucho se hablaba desde antes del inicio del festival de Rubber, la historia de una llanta asesina, dirigida por el DJ, director de video clips, artista plástico y autor de comics francés Quentin Dupieux (alias Mr.Oizo), por lo que fue imposible entrar a verla. Aquí hay una muestra.



El día terminó con las nuevas propuestas de Gregg Araki y Xavier Dolan, que dan la impresión ambas de ser largos, olvidables, misóginos y muy bien filmados cortometrajes estudiantes, basados en personajes insoportables. Al menos Araki tuvo la decencia de no tomarse en serio y al menos pareció divertirse durante el rodaje de Kaboom. Un joven gay un tanto confundido comienza a tener extrañas pesadillas que probablemente sean más que eso. Extraños eventos comienzan a ocurrir en el campus universitario (hombres enmascarados, brujas, sociedades secretas) que podrían poner en peligro a la humanidad completa. Exclusivamente para fans del director.

Sigo sin explicarme el éxito que tuvo aquí el año pasado J'ai tué ma mere (Yo maté a mi madre) del Quebequense Xavier Dolan. Su segunda película, Les Amours Imaginaires (Amores Imaginarios), sigue a un trío de improbables jóvenes, bastante insoportables. El director interpreta a un joven (al que el resto de los personajes se la pasan diciéndole lo bello y lo sensible que es) que se enamora a primera vista de Nicolas, recién llegado a la ciudad. El problema es que la su amiga Marie también se enamora de Nicolas. El director ha de haber visto varias veces In the mood for love, pues hay varios planos igualitos, pero el producto final no tiene nada que ver con tan ilustre referencia, y en un par de años nadie recordará, merecidamente.

viernes, mayo 14, 2010

Cannes '10 Síndromes

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com



El día parece preparado únicamente para la presentación de la nueva película de Oliver Stone, Wall Street 2: Money never sleeps (Wall Street 2: El dinero nunca duerme), que desde su título pareciera una de esas películas que van directo a video, secuelas en las que ninguno de los participantes originales quiere participar. Desde luego, esta es más cara, tiene un director de cierto prestigio y tiene también a Shia LaBeouf, lo que hará que cientos de jóvenes que nunca oyeron hablar de la original querrán ir a verla.



Completamente opuesto es el síndrome del que padecen varias películas “de arte”, el síndrome “nada ocurre por lo tanto esta es una gran película”, representado notablemente por la cinta rumana Aurora. Segunda película de Cristi Puiu, realizador de la galardonada La muerte del señor Lazarescu, Aurora no parece haber tenido un editor. Un sujeto (interpretado además por el propio director), deambula por las calles, va al supermercado, camina por las calles, come pastel, camina por las calles, visita a su novia, camina por las calles, compra un arma… Con una duración de tres horas, ninguna escena parece tener sentido, a pesar de haber sido concienzudamente puesta en escena, en particular una escena en la que el director nos obsequia un largo plano de él mismo desnudo, bañándose, practicando lo que pareciera una exploración de próstata. 



La película Little Baby Jesus of Flandr (El niño Jesús de Flandes) es una reelaboración del mito de los tres reyes magos, rodada en blanco y negro, interpretada por actores con síndrome de down. Originalmente iba a ser un cortometraje de graduación de escuela de cine, pero el director Gust Van der Berghe decidió hacer un largometraje. Como casi todas las películas de estudiantes, ésta es increíblemente pretenciosa, deshonesta y a ratos ridícula, pero detrás de ello se puede ver a un director talentoso, con influencias bien asimiladas tan disímiles como Herzog, Buñuel, Tarkovsy y Bela Tarr.



El festival organizó hoy dos proyecciones especiales (que ocurren una sóla vez, en salas más pequeñas) de Abel, de Diego Luna y Nostalgia de la luz de Patricio Guzmán. Sólo he escuchado cosas buenas de la cinta de Luna, y asumiendo que será más fácil verla posteriormente, escogí el documental chileno.

Astronomía y democracia no son ideas que generalmente se mencionen en la misma frase, pero esa es la idea de Nostalgia de la luz. Partiendo de la idea de que la astronomía es un estudio del pasado (la mayoría de las estrellas que vemos en el cielo han muerto hace mucho tiempo) y de que por lo tanto comparte muchas cosas con la arqueología, Guzmán contruye un fascinante documental en el que la búsqueda de estrellas en la bóveda celeste es similar a las búsquedas que realizan los familiares de los desaparecidos. Igualmente, el desierto de Atacama, sede de algunos de los observatorios más grandes del planeta, fue sede también de un campo de concentración para disidentes de la dictadura. Poco a poco ambas ciencias se mezclan, con un resultado increíblemente conmovedor. No es una cinta sencilla, pero vale mucho la pena.

jueves, mayo 13, 2010

Cannes '10 De búsqueda

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Unos días antes del inicio del festival, una severa tormenta cayó sobre la riviera francesa, causando destrozos mayores, al mismo tiempo que un volcán en Islandia puso en juego el transporte aéreo entre Norte América y Europa. Además, el ministro italiano de cultura propuso boicotear el festival (al que no había sido invitado), en reprimenda por seleccionar el documental anti-Berlusconi Draquila. Finalmente, ni la naturaleza ni la política evitaron que Robin Hood de Ridley Scott abriera el festival con bombo y platillo, al mismo tiempo que se estrena en cientos de pantallas en todo el mundo.

La prensa recibió fríamente a la primera película en concurso, Chongqing Blues, de Wang Xiaoshuai, tanto que la función a la que atendió el presidente del jurado Tim Burton, estaba medio vacía, aunque tal recepción fue un tanto injusta. Un marinero regresa de un viaje de 6 meses para enterarse de que su hijo ha muerto a manos de la policía, por lo que regresa a la ciudad del título para averiguar la verdad. Comprensiblemente, ni su ex esposa, ni los amigos de su hijo tienen ningún interés en tener contacto con el hombre, quien dejó a su familia catorce años antes. Igualmente, la policía tampoco quiere discutir el asunto. Poco a poco el hombre va reconstruyendo los últimos momentos de la dolorosa vida de su hijo. Como telón de fondo, los continuos cambios en la sociedad china, con su imparable necesidad de destruir lo viejo y construir cosas nuevas y espectaculares.


Más popular resultó la francesa Tournée (Gira), realización del actor Mathieu Amalric. Un productor de televisión venido a menos se refugia en Estados Unidos e intenta regresar triunfante a Francia como mánager de un extraño grupo de burlesque. Las mujeres son un grupo fascinante y crearon su propio vestuario y rutinas musicales, las cuales se mezclan con los problemas familiares del mánager, todo ello pertinentemente observado e interpretado. Sin embargo, por momentos la cinta es demasiado complaciente y un poco larga; si la película durara media hora menos, sería estupenda.

En Draquila, L´Italia che trema (Draquila, Italia tiembla), la comediante Sabina Guzzanti examina los eventos posteriores al terremoto en la ciudad de L´Aquila con la teoría de que Silvio Berlusconi aprovechó la tragedia para obtener beneficios políticos y para perpetuar su influencia sobre los medios. El material es poderosísimo y la postura de Guzzanti es incuestionable; el problema es que al igual que Michael Moore, Guzzanti siente la necesidad de agregar gráficos llamativos, hacer payasadas en cámara y sacar dos o tres cosas de contexto para reforzar su tesis (la cual, insisto, es innegable), lo que termina por restarle fuerza y seriedad al asunto.

domingo, abril 04, 2010

El filme mexicano "Alamar" gana el XXVIII Festival Cinematográfico del Uruguay



Montevideo, 4 abr (EFE).- La película mexicana "Alamar", de Pedro González Rubio, fue elegida como la mejor del XXVIII Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay, informaron hoy fuentes de la organización.

En opinión del jurado el filme resultó el ganador por "su capacidad para presentar con naturalidad y sensibilidad una historia familiar, dentro del marco de una escenografía natural que la complementa y enriquece, resuelta con singular solvencia".

El premio especial fue para "Vincere", del italiano Marco Bellochio, "por su revisión crítica de la historia contemporánea italiana y los orígenes del fascismo en una crónica abarcadora de toda la época".

Como mejor documental fue premiado "Suden", del argentino Gastón Solnicki, definido por el jurado como "un acercamiento sensible al proceso creativo".

En la sección cortometrajes el primer premio fue compartido entre la holandesa "Alejate", de Paloma Aguilera Valdebenito, y la sueca "Un amorío con muñecas", de Hans Montelius.

"La mujer sin piano", del español Javier Rebollo, fue elegida como la mejor película iberoamericana.

El festival culminó la noche del sábado y para hoy, en el cierre, está prevista una nueva presentación de las obras premiadas.

domingo, febrero 21, 2010

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Los últimos días del festival fueron marcados por las quejas de buena parte de críticos, que en varias publicaciones lamentaban el bajo nivel de las películas en competencia. Muchos de ellos se quejaban en particular de las selección de la película local Jud Suss, Film Ohne Gewissen (El Judío Suss, Película sin consciencia), de Oskar Roehler. En 1939, el ministro de propaganda Joseph Goebbles prepara la película que será El acorazado Potemkin del Tercer Reich, y ayudará a convencer a los soldados que tengan dudas sobre los beneficios del exterminio. Ferdinand Marian, un mujeriego actor de teatro es escogido personalmente por Goebbles para el papel principal. En principio ofendido por la oferta (la abuela de su mujer es de origen judío), finalmente no resiste la presión y acepta. La cinta de Roehler usa porciones de la película original (a la fecha prohibida en Alemania) lo que generó bastante interés del público.


También dividió la nueva cinta del británico Michael Winterbottom, The Killer Inside me. Un policía con cara de niño bueno es además un enfermo psicópata. Conoce a la prostituta Joyce (Jessica Alba), que bien podría ser el amor de su vida, pero por alguna razón, él decide que tiene que matarla. Basada en una novela publicada en 1952 y ambientada en esa época, la película comienza bastante bien, pero poco a poco la violencia caricaturesca termina por ser inútil. En sus mejores películas, Winterbottom logra combinar con éxito substancia y estilo, pero en éste caso, uno sale del cine con una sensación de vacío.

El jurado, presidido por Werner Herzog decidió entregar, inexplicablemente, el Oso de Oro a la cinta turca Miel y el premio al mejor director a Roman Polanski, mientras que las dos favoritas de la crítica, Si quiero silbar silbo y Cómo terminé el verano se llevaron también premios. La lista completa puede verse en www.berlinale.de.

viernes, febrero 19, 2010

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Dos realizadoras presentaron hoy diferentes reflexiones sobre el papel de la mujer contemporánea. La bosnia Jasmila Zbanic y la argentina Natalia Smirnoff presentaron sólidas películas que seguramente se llevarán alguno de los premios. Hace un par de años, Zbanic ganó el Oso de Oro con su primer película, El secreto de Esma, que examinaba los efectos de la guerra en la gente común; su muy superior segunda película Na Putu (En camino) continúa dicha exploración pero en un contexto mucho más universal.

Luna y su novio Amar llevan un par de años intentando tener un hijo. Ella es sobrecargo, él controlador y es evidente que se adoran. Amar, amante de la juerga y el alcohol, es despedido. Al mismo tiempo, se encuentra con un amigo que no había visto desde la guerra. Ese encuentro termina alterando completamente la vida de ambos.

La única película latinoamericana en concurso, Rompecabezas es el debut de Natalia Smirnoff, asistente de dirección de Pablo Trapero y Lucrecia Martel y directora de televisión. María del Carmen es una hacendosa ama de casa, preocupada únicamente por atender a su familia, cocinar complicados platillos y hacer el quehacer. En su cumpleaños número 50 recibe un rompecabezas de regalo y para su sorpresa, le encanta la experiencia y comienza a comprar y armar más rompecabezas y termina por descubrir el mundo de los torneos de rompecabezas, pero sobre todo, comienza a descubrir un mundo más allá de su pequeña esfera familiar, que incluyen al sofisticado jugador Roberto, millonario cosmopolita que gusta del té, notorio contraste con su marido mecánico. Notablemente interpretada por María Onetto, vista en La mujer sin cabeza, Rompecabezas es un fascinante retrato de una familia latinoamericana, de tono perfecto, narrada a través de pequeños detalles.

jueves, febrero 18, 2010

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


El cine de Taiwán tuvo una época de oro a mediados de los ochenta, principalmente con elaboradas cintas de acción, las cuales poco a poco perdieron terreno frente a productos similares de Hong Kong, y luego Hollywood. Sin embargo, desde su estreno comercial, la película Monga ha disfrutado de un enorme éxito y a la fecha ha hecho más dinero que Avatar. Un joven apodado Mosquito y su madre llegan a vivir al barrio de Taipei del título. Mosquito comienza a tener problemas de inmediato en su nueva escuela, pero como es bueno para los golpes, se gana el afecto de la banda más poderosa de la escuela. Más por tener contacto humano (creció sin padre y sin amigos) Mosquito se incorpora y comienzan a hacer pequeños crímenes, los cuales son sólo entrenamiento para las grandes ligas, pues los otros miembros de la banda son hijos, sobrinos y ahijados de los verdaderos mafiosos que controlan el barrio. Fuerzas externas ponen en peligro el equilibrio entre las bandas rivales locales y la fidelidad entre los miembros del grupo es puesta a prueba. Sin llegar a los extremos de estilización de Johnnie To o Tsui Hark, Monga es visualmente atractiva y bastante entretenida. Fue presentada en la sección Panorama.

En la competencia, la película Shahada (Fe) dividió a la crítica pero agradó al público. Tres historias de jóvenes musulmanes que viven en Berlín. La liberal hija de un imam tiene un aborto ilegal, pero cuando las cosas se complican, la joven comienza a actuar de forma completamente inesperada; un joven devoto comienza a sentirse atraído hacia un colega de trabajo y un policía vive con sentimientos de culpa hacia una mujer con la que tuvo un incidente tiempo atrás. Si bien es un tanto esquemática y un tanto pretenciosa, la película toca varios temas de forma interesante y tiene muchas cosas recomendables, sobre todo porque se trata de una ópera prima (de un afgano) cuyo origen es un trabajo de graduación de la escuela de cine de Berlín.



La cinta rusa Kak ya provel etim letom (Cómo terminé el verano) y la iraní Sherkarchi (El cazador) tienen interés, pero en ambas hay algo que falla. En la cinta rusa, dos hombres trabajan en una remota estación del Ártico, donde son los únicos habitantes. Comen carne de morsa, deben protegerse de los osos polares y esperan al barco que los llevará de regreso a casa dentro de unos días. El hombre mayor es experimentado y no tiene particular respeto por el más joven. Luego de una primera parte increíblemente lenta, la noticia de un incidente en casa de uno de ellos, termina por desencadenar una lucha entre ambos hombres. La acción tarda demasiado y hay que estar de humor.

En cambio, el director Raffi Pitts quiso realizar su película usando sólo actores no profesionales. Una vez iniciada la producción, su protagonista no dio el ancho, por lo que Pitts decidió interpretar el papel principal; un hombre que deja la prisión y consigue trabajo como velador en una fábrica. Su esposa e hija desaparecen, el hombre se entera después de que durante las manifestaciones por las elecciones en Irán, la policía la mató accidentalmente. El hombre tiene una crisis que se transforma en un violento ataque hacia la policía. Esto ocurre casi a la media hora de la película, y a partir de ese momento parece que estamos viendo otra película. Una vez que la policía lo encuentra, parece que estamos viendo una nueva película. Hay una atractiva ambigüedad en el asunto, pero al mismo tiempo, la austeridad narrativa hace que sea difícil seguir la historia.

miércoles, febrero 17, 2010

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


La mejor película del día resultó ser Please Give, película gringa presentada fuera de concurso. Luego de la verdaderamente terrible Friends with Money, la directora Nicole Holofcener ofrece una divertida, honesta y nada pretenciosa reflexión sobre la familia y el envejecimiento. Catherine Keener interpreta a una mujer con una familia bastante normal, un buen negocio y un bonito departamento. Cuando tiene la oportunidad, compra el departamento de al lado, con el fin de expandir el suyo propio, permitiendo que siga viviendo ahí su ocupante, una anciana bastante complicada. Es decir, el sueño de expansión del departamento se concretará una vez que la anciana muera, lo que comienza a provocar en la mujer un profundo sentido de culpa. Varios personajes a su alrededor (entre ellos las dos nietas de la anciana) tienen a su vez otros problemas para relacionarse con el resto del mundo, pero dichos problemas se desarrollan de una forma inusualmente realista en este tipo de cine, en parte gracias a los protagonistas, entre ellos la siempre bienvenida Rebecca Hall.

No se puede decir lo mismo de Bal (Miel), película turca parte de una trilogía que incluye Huevo y Leche. Un niño vive con su familia en una remota localidad en el bosque, donde su padre recolecta miel silvestre y su madre trabaja en una plantación de té. No ocurre gran cosa y los espectadores que no abandonaron la sala pudieron apreciar escenas como la del niño sacándole punta a su lápiz o caminando por el bosque. Finalmente hay algo de acción cerca del final, pero ya es demasiado tarde para interesarse.

Aun peor resultó la brasileña Besouro, que intenta ser una cinta épica sobre la capoeira y la identidad brasileña (la película recibió dinero de todos los niveles de gobierno e incluso de Pretrobras), pero termina siendo una cara telenovela con buenas dosis de humor involuntario (aparentemente, cuando se es realmente bueno en la capoeira se puede volar o transformarse en animal). Hay un par de peleas bastante inspiradas, pero el esquemático guión no da para mucho.

lunes, febrero 15, 2010

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com



Las dos películas del día mostraron a dos hombres muy diferentes dejando la cárcel. En la alemana Der Rauber, (El ladrón) se narra la historia aparente verídica de un sujeto llamado Johann Retenberg, quien se pasa los días corriendo, preparándose para un maratón. Entrena corriendo en círculos en el pequeño patio de la prisión o en su misma celda, donde ha conseguido que se le instale una caminadora. Al terminar su condena (por intento de robo a un banco), Johann regresa de inmediato a su vida anterior a la prisión y comienza de nuevo a robar bancos y a prepararse para correr, y termina ganando el maratón de Viena, lo que trae una poco bienvenida notoriedad. Lo interesante es que no se trata de dinero (hablando de los asaltos) ni de ganas de triunfar (hablando de las carreras). Johann no puede dejar de robar o de correr, y al parecer el mismo no puede explicarse el porqué.

En cambio, En ganske snill mann (Un hombre un tanto tranquilo) es una divertida comedia noruega en la que su protagonista, el alguna vez violento Ulrik (Stellan Skargaard) deja la cárcel luego de doce años convertido en un hombre tranquilo. Su intención es la de rehacer su vida y tratar de reconectar con su hijo, pero el grupo de mafiosos con los que se relacionaba antes de ir a prisión insiste en que Ulrik se vengue del hombre que lo denunció. Con el habitual humor negrísimo, a ratos surrealista de las cintas de dicho país (la película recuerda a otras como Historias de la cocina, The Bothersome Men o Junk Mail), el director Hans Peter Moland construye un relato bastante crítico de uno de los países más ricos del mundo mostrando al mismo tiempo el lado amable de dicha depresión.

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com



El tema de hoy en el festival fue la fragilidad de la mente. Las películas presentadas mostraron personajes severamente dañados que han tenido vidas complicadas y cometen errores para corregir otros errores. La menos interesante fue Greenberg, la nueva película del director de Margot at the Wedding, Noah Baumbach. El tal Greenberg del título es un músico frustrado, que acaba de sufrir una crisis nerviosa y llega a Los Ángeles para pasar unos días cuidando la casa de su hermano que se encuentra en el extranjero. Greenberg intenta reconectar con sus amigos de veinte años atrás, quienes se muestran un poco sorprendidos, pues nadie realmente lo aprecia mucho. El problema es que el personaje titular, interpretado por Ben Stiller, es tan desagradable, que no sólo uno se pregunta cómo es que una mujer como la niñera de su hermano, con quien inicia una extrañísima relación, se fijaría siquiera en un hombre así. Es más, uno se pregunta por qué alguien querría hacer una película complete basada en un personaje así.



Mucho más interesante resultó Submarino, del danés Thomas Vinterberg, autor de la celebradísima Festen en 1998. Dos niños se ocupan de su hermano bebé mientras su irresponsable, alcohólica madre se la pasa de juerga. El bebé muere, y en los años siguientes los hermanos se separan pero el incidente nunca es realmente superado; uno de ellos es un violento y solitario borrachín mientras que el otro es un amoroso padre soltero con severos problemas con la heroína. El paisaje es frío y deprimente, pero la película está muy bien armada (dividida en dos partes, primero seguimos la historia de un hermano, sin saber muy bien qué es lo que ha ocurrido con el otro) y tiene muchas cosas recomendables.





Los errores del pasado y el dolor del duelo también pueden manifestarse en realidades alternativas, como lo demuestra Martin Scorsese en Shutter Island. El director se las arregla para inquietar desde las primeras imágenes, y a pesar de ocurrir en los años 50, la película es evidentemente un retrato del clima actual de miedo y paranoia. Desafortunadamente el final no está a la altura de la propuesta, en mi humilde opinión, y lo que pudo haber sido una gran película de terror se queda a medio camino.



El programa del Foro describe La Bocca del lupo (La boca del lobo) como una “historia de amor entre la transexual Mary y Enzo, un siciliano con bigote”. Afortunadamente, la película es mucho más que eso. Documental producido por una fundación jesuita que trabaja en los bajos fondos de la ciudad de Génova, La boca del lobo toma como pretexto a la singular pareja para hablar de la ciudad, a través de material de archivo, películas familiares, películas antiguas y nuevas escenas rodadas en varios formatos. Después de ver tantas historias tristes, el siciliano con bigote resultó ser una verdadera bocanada de aire fresco.

sábado, febrero 13, 2010

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Al contrario del festival de Cannes (abierto únicamente a profesionales del cine), el festival de Berlín es un evento en el que participa toda la ciudad, y es posible ver gente haciendo colas enormes (a veces bajo la nieve) para comprar boletos para ver cintas taiwanesas, israelís o paraguayas. Y ciertamente, en esta ocasión hay bastante de donde elegir, con un par de centenares de películas para todos los gustos. El problema es que los locales tuvieron acceso a boletos con tres días de anticipación, por lo que las funciones para las primeras películas, la china Together Apart y la nueva película de Roman Polanski, The Ghost Writer. Al parecer no perdí mucho, fuera de la oportunidad de usar un par de chistes muy buenos a costillas del señor Polanski.

En su 60 aniversario, el festival ha decidido tirar la casa por la ventana, con eventos por toda la ciudad, incluyendo dos premieres de alfombra roja en diferentes barrios de la ciudad, retratos de actores y directores en el metro y la proyección de la versión restaurada de Metropolis sobre la puerta de Brandemburgo. Nada mal.

La primera película del día fue la rumana Eu cand vreau sa fluier, fluier, (Si quiero silbar, silbo), basada en una obra teatral del mismo nombre, que cuenta la historia de un joven a punto de cumplir su sentencia en la cárcel para menores. Cuando su madre, ausente los ocho años anteriores, se presenta para informarle que se va a llevar con ella a Italia al hermano menor (de quien nunca se ha ocupado) el joven decide tomar cartas en el asunto, a pesar de que le quedan cinco días para salir. Fuera de un arranque lentísimo (le ayudaría bastante a la cinta una poda de unos quince minutos), Si quiero silbar, silbo se deja ver, sobre todo por las interpretaciones (realizadas por auténticos niños de la calle, que el director debutante Floran Serbin buscó durante varios meses).

Antes del estreno de My name is Khan, la policía alemana se organizó paras evitar los problemas ocurridos apenas unas horas antes en Mumbai, donde la policía arrestó a casi 2000 manifestantes, quienes además provocaron disturbios y destruyeron posters y espectaculares de la película por considerar que su superestrella Sha Rukh Khan, se había pasado de la raya al decir que era una pena que no hubiera jugadores de Pakistán en la liga hindú de cricket, Khan, que vende mas boletos que Brad Pitt, es considerado símbolo nacional, por lo que su apoyo a Pakistán (además de que en la película interpreta a un musulmán), enfureció a los nacionalistas locales.


La película es, sin embargo, terrible. Khan interpreta a un sujeto con Síndrome de Asperger, que a la muerte de su madre se muda con su hermano a San Francisco y conoce a una espectacular madre soltera hindú con la que se casa y vive una vida maravillosa, hasta los ataques del once de septiembre, por lo que decide ir a Washington a buscar al presidente Bush para darle un mensaje; Mi nombre es Khan y no soy terrorista. Simplista y ridícula, la cinta podría tener cierto encanto si no fuera tan obvio que está hecha con el único fin de apelar al mismo mercado de Slumdog Millionaire o The Kite Runner.

miércoles, febrero 03, 2010

Rollo de Película estará en la Berlinale 2010








Del 11 al 21 de febrero Eduardo Lucatero nos reportará sus experiencias y su opinión sobre las películas que se presenten en la 60 edición del prestigioso festival de cine internacional de Berlín.