miércoles, julio 15, 2009

lunes, julio 13, 2009

Descubrimientos - Errol Morris

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com



En la película Werner Herzog se come su zapato, el prestigiado director alemán llena sus zapatos con ajos, cebollas, salsa Tabasco y grasa de pato y procede a cocerlos durante varias horas. Más tarde, antes de la premier de la película Gates of Heaven (Las puertas del cielo), Herzog explica a los asistentes que años antes había prometido al joven Errol Morris, que parecía nunca terminar nada, que si terminaba una película Herzog se comería un zapato, por lo que lo apropiado era cumplir su promesa antes de la primera exhibición.

Herzog había conocido a Morris años antes, en la cineteca de la Universidad de California. Herzog era una superestrella del cine europeo y Morris intentaba terminar una maestría en ciencias, luego de haber hecho estudios de historia, filosofía y ciencias, que ciertamente, nunca terminó. También había tenido toda clase de trabajos, en los que tampoco duraba mucho. Comenzó a interesarse en el asesino Ed Gein, inspiración de Norman Bates, entre muchos otros asesinos ficticios, y comenzó una larga serie de entrevistas con la idea de hacer un libro o un documental. Sin embargo, con un poco de dinero aportado por Herzog y otros préstamos, Morris terminó por hacer un documental diferente, Las puertas del cielo.

Gates of Heaven documenta, en principio, el mundo de los cementerios de mascotas. Luego de la muerte de su amado perro, un hombre toma como su misión personal crear un cementerio donde las personas puedan honrar la memoria de sus leales compañeros; lo que comienza como una inocente idea comienza a tomar forma antes de desplomarse ante las realidades del negocio; impuestos, ganancias y contratos. Al mismo tiempo, un hombre que tiene un cementerio de mascotas ya establecido comienza a preparar a sus dos hijos para que hereden el negocio. Ambos hermanos comienzan a trabajar en él, pero son completamente diferentes, uno de ellos es de espíritu bohemio, toca la guitarra y cree que todo el mundo debería experimentar una decepción amorosa, mientras que su hermano tiene una mentalidad de vendedor, con reglas muy establecidas y se niega a usar la palabra “No” en la educación de sus hijos. Alrededor de ambas historias, varios personajes exponen sus puntos de vista sobre la existencia de mascotas en el más allá.



Para su siguiente proyecto, Errol Morris se trasladó a un pueblillo de Florida que tenía una extraña reputación; un alto porcentaje de sus habitantes habían practicado en algún momento un fraude que consistía en mutilarse voluntariamente un brazo o un pié, para después cobrar el seguro. Cuando algunos de los habitantes del pueblo descubrieron el objetivo de Morris, éste comenzó a recibir amenazas de muerte y cambió la idea central del documental. Vernon, Florida se convirtió en el retrato de algunos pintorescos habitantes del pueblo. Aunque tiene cierto encanto, Vernon, Florida es quizás la película menos interesante en la filmografía del director, quien intentó llevar a cabo varios proyectos y tuvo varios trabajos, entre ellos, el de investigador privado, lo que terminaría aportándole un entrenamiento importante en su siguiente película, uno de los documentales más importantes en la historia del cine, The Thin Blue Line.



A mediados de los ochenta, Morris conoció al Dr. James Grigson, psiquiatra que trabajaba para la corte de Dallas. Su trabajo consistía en decidir si los asesinos eran capaces de cometer nuevamente crímenes violentos; confirmación necesaria antes de ejecutarlos. Morris inició una larga investigación, que lo llevó a conocer a Randall Adams, un joven a punto de ser ejecutado por el asesinato de un policía unos años atrás, quien además juraba ser inocente. Morris consiguió la transcripción del juicio e incluso conoció al testigo principal, David Harris, quien dijo estar presente durante el crimen, quien después fue arrestado por otro delito.

The Thin Blue Line (como uno de los abogados llama a la policía, la delgada línea azul que divide la civilización de la barbarie) reconstruye el crimen desde los diferentes puntos de vista de cada uno de los testigos, al mismo tiempo que recoge los testimonios de los abogados, policías y algunos otros testigos involucrados. Además de ser técnicamente impecable (la mayoría de los documentales posteriores serían diferentes de no ser por el revolucionario uso del lenguaje cinematográfico de la ficción usado en documental), la película resultó ser fundamental en que se descubriera la inocencia de Adams, quien fue liberado a partir del lanzamiento de la película, luego de estar en varias ocasiones a punto de ser ejecutado.

A partir del éxito de The Thin Blue Line, el director pudo desarrollar varios proyectos, su única ficción hasta el momento, The Dark Wind (la cual desconozco y la cual, al parecer, abandonó debido a diferencias con el productor Robert Redford) y otro par de excelentes documentales; A Brief History of time, sobre la vida y obra del científico Stephen Hopkins y Fast, Cheap and Out of Control, que incorpora las historias aparentemente sin relación de un domador de leones, un escultor de jardines, un creador de robots y un biólogo especializado en el estudio de una particular clase de topos. Originalmente, la historia constaba de cinco profesiones, pero Morris decidió dedicarle una película al quinto personaje, el polémico Fred Leuchter, conocido como Mr. Death.



Fred Leuchter ha pasado buena parte de su vida en la implementación y perfeccionamiento de instrumentos para la pena de muerte, primero la silla eléctrica, luego la cámara de gas y finalmente las inyecciones. Se convierte en un experto en la materia y se dedica a dar consultoría a prisiones. Su status como experto lo lleva a ser testigo en un juicio en Canadá en el que el neo nazi Ernst Zündel proclama que el holocausto nunca ocurrió, y Leuchter es enviado a Polonia a examinar las cámaras de gases para decidir si en verdad es posible que se hayan utilizado en los campos de concentración para exterminar judíos. Entre lo más fascinante de la película es lo simpático y amable que resulta Leuchter en todo momento.



En The Fog of War (La niebla de la guerra: Once lecciones de la vida de Robert McNamara), Morris continúa su exploración de los mismos temas. En esta ocasión, Robert McNamara, secretario de defensa de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, habla sobre sus impresiones sobre la guerra, en el marco de la impopular invasión de Irak, la cual sería retomada por el director en su siguiente trabajo Standard Operating Procedure, que narra la historia detrás de las célebres fotografías de la prisión de Abu Ghraib. Ambos documentales son reveladores, deprimentes, pero definitivamente valen la pena.



A partir del 2000, Errol Morris inició una estupenda serie de documentales para la televisión titulada Primera Persona, realiza regularmente comerciales (que pueden verse en su totalidad en www.errolmorris.com) y según la revista Variety, se prepara a realizar una nueva película de ficción.



Todas las películas se encuentran disponibles en DVD, a través de errolmorris.com