viernes, abril 08, 2011

Aventuras en el Botadero: Bullitt (Bullitt)

por E. Gon

Desde la época del cine silente, la persecución ya sea a caballo, a pie, en autos o en cualquier otro vehículo, es elemento crucial para despertar sentimientos encontrados entre los espectadores: desde la emoción en una cinta de acción o la incontenible risa con los Keystone Cops tratando de alcanzar un auto en fuga. En si mismo, la persecución no nos da el todo de la narración de una película pero si se puede convertir en su gran motor como en Thelma & Louise de Ridley Scott, o Bullitt de Peter Yates.

Protagonizada por Steve McQueen, la película es un gran ejemplo de cómo los thrillers y los dramas policíacos requieren no sólo de un guión bien escrito sino también de un buen planteamiento en su realización y edición. La anécdota es sencilla: el detective Bullitt (McQueen) falla en su asignación en proteger a un testigo y decide tomar el caso por cuestiones personales. Suena a lugar común incluso para la época en que se hizo la película pero dió pie para que el género madure con una propuesta dinámica en su producción y con una profundidad de los personajes que no era común en el cine norteamericano. La idea de filmar en locaciones reales, i.e., como las secuencias en el hospital (el verdadero Hospital General de San Francisco) o en el aereopuerto de la ciudad, fueron decisiones hechas a partir de darle credibilidad a la narración. El hecho también de que quienes eran los extras en el hospital fuesen médicos y enfermeras verdaderos, le crea un halo de realidad con la que los espectadores, aun si ignoraban ese hecho, terminan por ver el film como algo verosímil.

La fama de Bullitt es debido a la secuencia de persecución en auto que emprende McQueen por las calles de San Francisco. La gran afición a los autos de Yates como de McQueen les hizo concebir una de las secuencias de acción más reconocida en la historia del cine. Para la filmación, se contó con conductores profesionales pero es el propio McQueen quien conduce el ya clásico Mustang GT 390 CID Fastback, no en todas, pero en la mayor parte de las escenas en que lo vemos en pantalla.



El ritmo interno de las escenas aunado por la banda sonora, crean una gran atmósfera y nos permiten sentirnos en el asiento del auto. En la actualidad nos parecerán los cortes muy sencillos de hacer (vía Final Cut, Avid, Media 100 o, Dios nos libre, Adobe Premier) pero si nos ponemos a pensar que para la época se hacía físicamente el corte de la imagen y del sonido, la edición se vuelve en una tarea titánicamente demencial y más si consideramos que la secuencia sola de esta persecución dura alrededor de los dies minutos y con aproximadamente 150 cortes (contados a partir de que McQueen sube a su auto y se percata de que es seguido por los asesinos a sueldo. La edición de la película, en especial esta secuencia y la del aereopuerto, le valieron el premio a la mejor edición en los Oscares a Frank P. Keller en 1968. Esta secuencia se ha vuelto en uno de los grandes ejemplos de montaje de imagen y audio en las escuelas de cine.

Pero sería injusto resumir el interés de la película en una sola secuencia: la parquedad de la actuación de McQueen contrasta con la calidez e ingenuidad del personaje de Jacqueline Bissett quien revela el lado frágil de Bullitt. Esto crea un conflicto interesante a la historia que no aporta mucho al film pero le da una sensación de humanidad a un policía que pareciera un antecesor primitivo de Harry el Sucio. Lo que hay que destacar también de esta película es la música de fondo compuesta por el argentino Lalo Schifrin (Misión Imposible, Starsky y Hutch, Harry el Sucio, Operación Dragón y Tango entre otros) que si bien no es de lo más conocido del compositor, aflora su influencia jazzista a todo lo que da (vía Piazzolla con recovecos de Gillespie).

Esta película ha envejecido bien y aunque para las generaciones que crecieron con Matrix les parezca de flojera, bien vale la pena darle una revisada para ver cómo se cuenta un film policíaco.

Bullitt (Bullitt, EUA 1968). Dirigida por Peter Yates. Con Steve McQueen, Jacqueline Bissett y Don Gordon. Guión de Alan. R. Trustman y Harri Kleiner basado en la novela “Mute Witness” de Robert L. Pike. Región 4. Como material extra, se incluye el cortometraje documental “Steve McQueen: su compromiso con la realidad” que es el detrás de cámara.

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