lunes, abril 13, 2009

Descubrimientos: Jafar Panahi

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Periódicamente se ponen de moda cines nacionales. Hace un par de años se declaró el boom del cine rumano, antes fue el cine argentino, antes el coreano, etc. A mediados de los años noventa tocó su turno al cine iraní, cuyos máximos representantes eran Abbas Kiarostami y Mohsen Mahkmalbaf, cuyos nombres eran apenas conocidos por unos cuantos críticos de cine amantes de lo exótico. Sin embargo, a partir de la presentación de Badkonake Sefid (El Globo Blanco), en el festival de Cannes de 1995, que el cine iraní logró darse a conocer al gran público.

Escrita por Kiarostami, pero dirigida por Jafar Panahi, su asistente de dirección en A través de los olivos, la cinta se vendió a todo el mundo y ganó varios premios. Buena parte de su éxito se debió a que buena parte de los espectadores no habían visto una cinta hecha en Irán. Narrada prácticamente en tiempo real, El globo blanco narra la historia de una niña que pide insistentemente a su madre que le compre un pez dorado para celebrar el año nuevo. Cuando la madre finalmente cede, la niña deja caer el billete en una coladera, e intenta con la ayuda de varios espontáneos, recuperarlo. La sencilla historia, rodada casi de forma documental, reminiscente del neorrealismo italiano, resultó ser una bocanada de aire fresco en el panorama del cine mundial, y la fórmula se repitió en varias ocasiones, con historias sencillas rodadas de forma similar, cuyos protagonistas eran niños en busca de algo.

Lo que muchos no comprendieron fue que tales historias eran generalmente una alegoría de otros temas, difíciles de tratar en un país regido por estrictas leyes religiosas, con un complicado sistema de censura, que no tuvo problemas con la historia de una mujer que se cuestiona el estado de las cosas, siempre y cuando fuera una niña molona.



Mientras otros realizadores se dedicaron a copiar su fórmula, Panahi le dio un original cambio a la estrategia en su segunda cinta, Ayneh (El espejo). La historia comienza con la otra niña, que en esta ocasión está esperando a que su mamá la busque en la escuela, como no aparece, decide irse a su casa sola. En un momento dado, la niña dice estar harta de actuar en la película y decide abandonar el set. “Casualmente” a la niña se le olvida que lleva aún puesto el micrófono inalámbrico, por lo que el equipo “decide” seguir rodando desde cierta distancia, el recorrido de la niña hasta su casa. El Espejo se convierte en un (falso) documental sobre la ciudad, a través de la mirada sin filtrar de la pequeña. Obtuvo el premio principal en el festival de Locarno.



Panahi siguió explorando el mundo femenino en Dayereh (El Círculo). Las protagonistas ya no son niñas, son mujeres que se cuestionan abiertamente las diferentes injusticias con las que se encuentran diariamente, por el simple hecho de ser mujeres. La película abre con una escena en la que una mujer se presenta en el hospital donde su hija va a dar a luz. La mujer se desploma al enterarse de que su hija ha dado a luz a una mujer. A partir de ahí, varias escenas describen la vida diaria de algunas mujeres en Teherán, todas en cierta forma luchando contra los problemas que les ocasiona su simple condición de mujeres.

La película evidentemente puso furiosas a las autoridades iraníes, que no le permitieron participar en ningún festival. Una copia de contrabando se exhibió en Venecia, donde la cinta terminó por ganar el León de Oro, lo que le permitió un casi clandestino lanzamiento en Irán, al igual que invitaciones a festivales de todo el mundo.



Si la película le ganó varias enemistades en su país, Panahi sufrió de un incidente igualmente desagradable en Estados Unidos. Cuando viajaba del festival de Hong Kong al festival de Montevideo, Panahi hizo una escala en Nueva York. Al negarse a ser fotografiado y a que le tomaran sus huellas digitales, fue esposado a una banca sucia y encarcelado por un par de días.

Una visión más ácida de la sociedad iraní presentó en su siguiente película, Talaye sorkh (Oro Sangriento), en el que un veterano de la guerra con Irak tiene que dedicarse a entregar pizzas en los barrios ricos de Teherán.



En Offside, Panahi regresa al tema de la discriminación hacia las mujeres, aunque de una forma más ligera, más cercana al espíritu de El globo blanco y El Espejo. En el 2005, el país vive con intensidad las eliminatorias del mundial de futbol en Alemania. Irán está a punto de clasificar y todos quieren asistir al estadio a apoyar a la selección, incluyendo a un variado grupo de mujeres, a las cuales no se les permite la entrada a un estadio. Algunas de ellas intentan disfrazarse de hombres, pero al ser descubiertas son llevadas a una improvisada prisión, donde sus guardas están de mal humor porque en lugar de ver el partido tienen que encargarse de ellas. Narrada en tiempo real, durante todo el partido, el acierto de la cinta es que además de su humor, los personajes masculinos terminan también por cuestionarse porqué a las mujeres no se les permite ingresar al estadio.



El globo blanco, El espejo, El Círculo, Oro Sangriento y Offside se encuentran disponibles en DVD.