domingo, febrero 21, 2010

BERLIN 2010

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Los últimos días del festival fueron marcados por las quejas de buena parte de críticos, que en varias publicaciones lamentaban el bajo nivel de las películas en competencia. Muchos de ellos se quejaban en particular de las selección de la película local Jud Suss, Film Ohne Gewissen (El Judío Suss, Película sin consciencia), de Oskar Roehler. En 1939, el ministro de propaganda Joseph Goebbles prepara la película que será El acorazado Potemkin del Tercer Reich, y ayudará a convencer a los soldados que tengan dudas sobre los beneficios del exterminio. Ferdinand Marian, un mujeriego actor de teatro es escogido personalmente por Goebbles para el papel principal. En principio ofendido por la oferta (la abuela de su mujer es de origen judío), finalmente no resiste la presión y acepta. La cinta de Roehler usa porciones de la película original (a la fecha prohibida en Alemania) lo que generó bastante interés del público.


También dividió la nueva cinta del británico Michael Winterbottom, The Killer Inside me. Un policía con cara de niño bueno es además un enfermo psicópata. Conoce a la prostituta Joyce (Jessica Alba), que bien podría ser el amor de su vida, pero por alguna razón, él decide que tiene que matarla. Basada en una novela publicada en 1952 y ambientada en esa época, la película comienza bastante bien, pero poco a poco la violencia caricaturesca termina por ser inútil. En sus mejores películas, Winterbottom logra combinar con éxito substancia y estilo, pero en éste caso, uno sale del cine con una sensación de vacío.

El jurado, presidido por Werner Herzog decidió entregar, inexplicablemente, el Oso de Oro a la cinta turca Miel y el premio al mejor director a Roman Polanski, mientras que las dos favoritas de la crítica, Si quiero silbar silbo y Cómo terminé el verano se llevaron también premios. La lista completa puede verse en www.berlinale.de.