miércoles, abril 01, 2009

Descubrimientos: James Marsh

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


Al parecer, el gran amor de Elvis Presley no era ni el rock ’n roll ni las mujeres, como podría suponerse. La verdadera pasión de El Rey, la fuerza que le inspiraba a vivir cada día era la comida, entre más frita, mejor. Al menos eso es lo que se desprende del documental The Burger and The King: The Life and Cuisine of Elvis Presley. En este documental de la BBC de 1996, el británico James Marsh (basado en un libro de David Adler), explora la extraña relación del cantante a través de su pasión por la comida chatarra, en un filme que fue descrito en su momento como una “biografía alimenticia”. Desde su infancia en un poblado miserable de Mississippi, donde el pequeño Elvis comía con frecuencia ardillas y zarigüeyas, al ejército, donde desarrolló su amor por la mortadela, a sus días en Hollywood (donde evitaba comer en restaurantes porque no era experto en el uso de los cubiertos) varios cocineros y gente cercana a Presley describen su amor por los sándwiches fritos de plátano y crema de cacahuate, hamburguesas y hot dogs

Lo más singular del filme, sin embargo, es la atención de Marsh a los pequeños detalles en su observación del mundo norteamericano. El joven realizador logra describir un mundo insólito, extraño y a su vez, familiar, a través de las canciones e imágenes conocidas, que en el contexto actual (años después de su muerte, muy probablemente ligada a sus desórdenes alimenticios) toman una dimensión completamente diferente.

www.veoh.com/browse/videos/category/horror/watch/v15274462zHtTrks3#

Un par de piezas para la BBC sobre Marvin Gaye y Jan Švankmajer y el éxito de The Burger and the King permitieron a Marsh realizar su primer largometraje documental, Wisconsin Death Trip, basado en un libro del mismo nombre, que Marsh se encontró en una librería de Nueva York. A fines del siglo XIX, una ola de inmigrantes (provenientes principalmente de Alemania y Noruega) se establecieron en las praderas de Wisconsin. Algunos de esos poblados nunca prosperaron y la miseria se transformó pronto en enfermedades, crimen y locura. El libro original de Michael Lesy recupera principalmente las notas que aparecieron en el periódico local de Black River Falls y otros poblados cercanos. Evidentemente, buena parte del mismo son artículos de nota roja, ilustrados en su mayoría con las imágenes del fotógrafo local, Charles Van Shaick.


La cinta de Marsh reproduce algunas de esas historias en impresionante blanco y negro, en un estilo similar al de las fotografías de Van Shaick, con algunos intermedios a color que muestran el poblado actualmente, con una puesta en escena que recuerda a Terrence Malick.

En el año 2003 se celebró en Austria la primera copa de futbol para indigentes. James Marsh siguió muy de cerca en The Team las andanzas de un par de neoyorquinos por formar un equipo, entrenarlo y llevarlo a competir al mundial. Al contrario de Wisconsin Death Trip, el planteamiento es simple, y Marsh (y el espectador) meramente observa las vicisitudes del variopinto grupo de pordioseros aprendiendo el concepto de “equipo”. El dinero para realizar el film se terminó y la postproducción se alargó tanto tiempo que Marsh tuvo tiempo de completar una cinta completa antes de terminarlo, editando en su propia computadora en sus ratos libres. Esa cinta se titula The King y fue su debut en el cine de ficción.



Escrita por Milo Addica, que también escribiera Birth, The King es una cinta difícil de clasificar. Gael García Bernal interpreta a un sujeto llamado Elvis, que abandona la Marina y se aparece en casa de su padre, en Corpus Christi, Texas. El problema es que el padre (ahora pastor de una iglesia bautista) no quiere nada que ver con el hijo que procreó con una prostituta mexicana, por lo que Elvis comienza a inmiscuirse poco a poco en la familia del pastor. Durante buena parte de la cinta los motivos de Elvis son ambiguos, y como en Teorema (Pasolini, 1968), el joven termina cambiando por completo la dinámica familiar. La película se presentó con éxito en el Festival de Cannes , pero tuvo una complicada corrida comercial, sobre todo en Estados Unidos, donde la cinta no fue bien recibida por algunos críticos que a su vez temían la opinión de los grupos religiosos sobre la violencia, sexo e incesto . Las influencias de Malick y Lynch son aún más evidentes en The King. Marsh logra una atmósfera opresiva, usando perfectamente las áridas locaciones de la frontera texana, llenas de polvo, moscas y un calor insoportable. Las dificultades que el realizador encontró en ambas filmaciones terminarían, sin embargo, por traer una recompensa; una nueva cinta llamada Man on Wire.



El francés Philippe Petit es el sueño de todo documentalista. Excéntrico, arrogante, ególatra y elocuente, a Petit le encanta contar historias, sin duda la mejor de ellas cuando en 1974 cruzó las torres gemelas de Nueva York en una cuerda floja. Basada en su propio libro, Petit cuenta en el documental los detalles sobre la planeación del evento (ilegal) en una larga entrevista. La película está estructurada como una película de acción, en la que varios personajes que fueron cómplices y testigos van narrando paso a paso el evento, con ayuda de muy bien elaboradas recreaciones y una excelente labor de imágenes de archivo. Cerca del final, la cinta se vuelve en un emotivo testimonio a toda una época y en una interesante reflexión sobre la amistad y los efectos de la fama. De verdad una excelente cinta, merecedora de todos los premios que ha obtenido (entre ellos el Oscar al mejor documental hace unas semanas).



James Marsh acaba de realizar 1980, segundo capítulo de la teleserie inglesa Red Riding. Basada en una popular serie de novelas de David Peace (basadas a su vez en la historia real de Peter Sutcliffe, asesino de trece mujeres y apodado “El destripador de Yorkshire”).



The King, Wisconsin Death Trip y Man on Wire están disponibles en DVD.