jueves, agosto 31, 2006

Julia (1977)

Julia
Starring: Jane Fonda, Vanessa Redgrave, Jason Robards
Director: Fred Zinnemann
Rating: PG



Lillian Helman conoce en los años 20 a Julia, hija de una acaudalada familia escocesa. Las dos amigas, a las que une una profunda amistad, se separan al llegar a la adolescencia. Julia se marcha a estudiar a Oxford y Viena, donde es discípula de Freud. Mientras, Lily se convierte en una famosa escritora que añora, sin embargo, su amista con Julia y, por lo tanto, decide ir a buscarla a Viena. Oscars para Vanessa Redgrave, Jason Robards y Alvin Sargent.

Capitanes intrépidos (1937)

Captains Courageous
Starring: Freddie Bartholomew, Spencer Tracy, Mickey Rooney, Melvyn Douglas, Lionel Barrymore
Director: Victor Fleming
Rating: Not rated



Una soberbia adaptación cinematográfica del clásico de Rudyard Kipling dirigida por Victor Fleming (Ganador del Oscar al Mejor Director por una de las películas más míticas de la historia del cine, "Lo que el viento se llevó", 1939). La interpretación de Spencer Tracy en "Capitanes Intrépidos" es probablemente la más brillante y llena de fuerza de su carrera, proporcionándole el Oscar al Mejor actor, obteniendo además la película las nominaciones a la Mejor Película y al Mejor Guión. Narra la historia de un niño de familia acaudalada que cae por la borda del buque en el que estaba haciendo un crucero, siendo recogido y salvado por el curtido pescador protugués Manuel (Tracy). Puesto a trabajar como uno más de la tripulación, el chico se convertirá en un aventajado y bravo aprendiz. Con su magnífica fotografía y un reparto lleno de estrellas, "Capitanes Intrépidos" es quizá la historia más hermosa sobre el mar jamás filmada.

Casablanca (1942)

Casablanca
Starring: Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Claude Rains, Paul Henreid.
Director: Michael Curtiz
Rating: PG



Es probable que la Warner, a comienzos de los ’40, no sospechara siquiera que esta película, lejos de ser una más de la producción serial, se convertiría en una de las más hermosas, recordadas y valoradas de la historia.

Todos saben algo de Casablanca, la hayan visto o no. ¿Quién no conoce su final subversivo, opuesto a lo que mandan las convenciones de las películas de amor? ¿Alguien ignora la melodía "A través de los años", entonada por Sam a pedido de Ilse (Ingrid Bergman) –que, dicho sea de paso, nunca dice "Play it again" –? ¿Existe una persona que no sepa que durante el rodaje no se conocía el final de la historia porque el guión se hacía sobre la marcha, democráticamente, con todos los escritores de la Warner aportando sus propios diálogos?

Casablanca es una de esas películas que uno puede ver dos, tres, cinco o diez veces, y aún sigue asombrando. Michael Curtiz era un genio que podía compartir el trono que sus compatriotas (Ford, Hawks, Capra) supieron conseguir. Su puesta en escena es sutil, inteligente y precisa. ¿Cómo no sentir un inmenso placer cuando el avión que parte hacia la libertad sobrevuela el café de Rick, en los primeros minutos de la película? Curtiz nos está diciendo todo. Rick (Humphrey Bogart) es la libertad. La de todos menos la suya propia, porque como le dice su adversario en el amor de Ilse, Víctor Laszlo, "cada uno debe aceptar su destino, sea bueno o malo".

Por donde se la mire, Casablanca es admirable. El cooperativo guión, la iluminación, el montaje, la música y hasta el vestuario están puestos (por azar o intencionadamente) a disposición de esta historia de amor, honor y lealtad. A Curtiz le alcanza con la cámara para decirnos casi todo sobre Rick. Registra su poder en esa mano que firma autorizaciones antes de mostrarnos la cara del héroe. Nos enfrenta a su soledad: el cigarrillo, ese partido de ajedrez sin contrincante, su vaso de bebida. Y luego, levanta la cámara y Rick, ese maravilloso Humphrey Bogart, aparece ante nosotros para convertirse, a la par de Curtiz, en Casablanca. Bogart demuestra con gestos inolvidables, miradas expresivas y esa entonación tan particular por qué aún hoy es Humphrey Bogart, el único, el más varonil, el mejor.

A pesar de que la historia es conocida, vale la pena revivir ese reencuentro en Casablanca. Una ciudad (del Africa) donde los refugiados europeos de la Segunda Guerra que huyen de los alemanes necesitan llegar para conseguir una visa que los lleve a Lisboa y de allí al soñado paraíso de la libertad: Estados Unidos. Allí reside Rick. Un norteamericano cínico, solitario, duro, que en el fondo, como le dice el prefecto Louis, "es un sentimental". Rick tiene un pasado dudoso y ha decidido terminar sus días en Casablanca, en su bar (Rick’s) y junto a Sam, su amigo pianista negro. Ya no espera nada.

Pero una noche dos hechos cambiarán su vida: Ugarte, un hombre que vende permisos para salir de Casablanca, le pide que custodie los que robó a unos correos alemanes, a los que también asesinó. Esos papeles son el pasaporte abierto para cualquier persona del mundo. Y cuestan millones. Ugarte es detenido en el propio bar de Rick por la policía que busca esos permisos robados. Ugarte pide ayuda a Rick: "No arriesgo mi cuello por nadie", le responde. Y Ugarte muere mientras intenta huir. Minutos después de este hecho, Rick se sorprenderá nuevamente. Ella está en una mesa, al lado del piano de Sam, disfrutando en silencio de aquella canción que fue testigo del amor de ambos: "As Time Goes By".

Obviamente, Casablanca también es una película política. El contexto de la Segunda Guerra y el hecho de que la vereda de enfrente haya estado ocupada por los nazis (y no sólo en la pantalla, sino en la vida real) salva el esquema político que plantea Curtiz. Los alemanes eran los enemigos. Los italianos, chupamedias de los nazis. Los franceses, mayormente confiables. Los americanos, héroes. Estas ideas pueden verse en cada personaje en particular. En la forma en que cada uno es presentado, por lo poco o mucho que dicen y claro, por lo que hacen. Y esa cita a La gran ilusión es una proclama política tan emotiva como la del film citado (Jean Renoir, 1937): entonar la Marsellesa con orgullo para protestar por la soberbia nazi. En el '37, Renoir y Jean Gabin la habían esgrimido contra los germanos de la Primera Guerra. En 1942, Curtiz y Paul Henreid recuerdan ese momento mágico del cine. Y lo hacen de nuevo. Porque los años habían pasado, pero los enemigos no habían aprendido la lección.

Eugenia Guevara

Los muchachos del verano (1979)

Breaking Away
Starring: Dennis Christopher, Dennis Quaid
Director: Peter Yates
Rating: R



Esta es la divertidísima y encantadora comedia de cuatro chicos durante el primer año después de terminar su enseñanza media. Animados por su amigo menor, participan en una carrera ciclista. Las alegrías y los sinsabores de la adolescencia de este grupo de jóvenes que se enfrentan a la realidad de la clase trabajadora.

Equus (1977)

Equus
Starring: Richard Burton, Peter Firth
Director: Sidney Lumet
Rating: R



Un psiquiatra de mediana edad, el doctor Martin Dysart, ha de enfrentarse a un caso extraño ocurrido a un mozo de establo. Alan Strang, el mozo, ciega a seis caballos de forma repentina y sin ninguna razón aparente. Durante el juicio rehúsa ofrecer testimonio alguno en defensa propia.