domingo, mayo 17, 2009

CANNES ‘09 - Criminales

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


La primera película francesa en la competencia es Un prophéte (Un profeta), en la que el director Jacques Audiard continúa su fascinación por el mundo del hampa. En ésta ocasión, nos narra la historia del joven Malik, que a los diecinueve años es un analfabeta, no tiene familia o amigos y ha pasado buena parte de su vida en instituciones correccionales. Condenado a seis años de cárcel por atacar a un policía, Malik es en apariencia débil e inocente, presa fácil para las bandas establecidas, en particular los musulmanes y los independentistas de Córcega, quienes tomarán a Malik a su cargo a cambio de que éste realice para ellos ciertos trabajos. Lo que inicia como un rutinario drama carcelario, con todos sus lugares comunes, se convierte en un intenso estudio de personajes en situaciones límite, una notable cinta de suspenso, emparentada con las cintas de Jean Pierre-Melville, en parte gracias a las sorprendentes actuaciones del relativamente desconocido Tahar Rahim como Malik y el veterano Niels Arestrup como el jefe de la mafia corsicana.

Hablando de Jean-Pierre Melville, su película “El Samurai” es una de las cintas preferidas de varios cineastas contemporáneos como Quentin Tarantino y Johnnie To. Éste último re imagina la vida del personaje interpretado por Alain Delon, abandonando la vida de asesino a sueldo y convirtiéndose en chef en Vengeance. La historia inicia cuando la familia de la hija de Costello (interpretado por el César Costa francés Johnny Hallyday) es batida a tiros por un trío de desconocidos en Macao. Ella no muere, pero queda paralizada, y a señas, pide a su padre que la vengue. Como no habla chino, Costello se hace amigo de unos sicarios locales, quienes lo ayudarán a encontrar a los culpables de los crímenes y se verá envuelto unas cuantas balaceras espectaculares. La película es un buen ejemplo de cine de acción de Hong Kong, abiertamente comercial, realizado con humor y el habitual brío del realizador.





No pude ver Taking Woodstock, adaptación de la novela que relata los orígenes del festival de música epónimo, del director Ang Lee, quien ha ganado dos veces en Berlín (Banquete de Bodas, Sensatez y Sentimientos), dos veces en Venecia (Brokeback Mountain, Lust, Caution). Al parecer, es simpática a secas.

En diciembre de 1989 un sujeto entró en el Politécnico de Montreal con un arma, separó a los hombres de las mujeres en un salón de clases y disparó, matando a catorce mujeres. Abandonó el salón y continuó disparando específicamente a mujeres, y veinte minutos después se quitó la vida. La tragedia es aún un tema bastante polémico en Quebec, por lo que hubo varias protestas cuando se supo que la popular actriz Karine Vanasse estaba produciendo una cinta al respecto. Polytechnique (presentada hoy en la Quincena de Realizadores) tuvo una respetable corrida comercial en su ciudad natal y recibió críticas generalmente positivas, sin embargo, la cinta presenta serios problemas. Durante la primera media hora de la película (rodada en blanco y negro), mientras se prepara para su misión, el asesino habla de su odio por el feminismo (se encontró en su cuerpo una carta en la explicaba que el feminismo había destruido su vida y mencionaba una larga lista de mujeres de la escena pública, según él, responsables de su fracaso). Esa primera parte es extraordinaria y logra transmitir de forma aterradora, casi en tiempo real, la locura del asesino y el miedo que vivieron los estudiantes presentes. El problema es que una vez que él se quita la vida, la película retrocede en el tiempo para contarnos dos historias, la de una mujer (interpretada por Vanasse) inspirada vagamente en varias de las verdaderas víctimas, al igual que la historia de un joven presente durante la tragedia y cuya vida se ve afectada por no poder haber ayudado. En su intento por hacer al personaje femenino una heroína y evitar por completo referencias a las víctimas reales, el director Denis Villeneuve termina cometiendo un grave error; el personaje del asesino es el único creíble y con una razón de ser. (Un problema similar al de Elefante de Gus Van Sant; los únicos estudiantes de la preparatoria que parecen tener un ideal son los dos asesinos).

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