El thriller o suspenso, es uno de los géneros que para el cine son fundamentales como los musicales o el western. Pero el género del thriller destaca por jugar con mayor profundidad con las posibilidades que las diversas herramientas cinematográficas le permiten e ir más allá que los otros géneros mencionados ( si estoy diciendo algo equivocado, por favor, díganme si Alfred Hitchcock alguna vez dirigió un musical o una de vaqueros. Gracias).
La película que reseñamos en esta ocasión, un thriller psicológico, es de Christopher Nolan, con un guión de su autoría basado en el relato Memento Mori de su hermano Jonathan Nolan, juega de manera magistral con una idea perturbadora: la incapacidad de crear nuevos recuerdos (conocida como amnesia anterógrada), condición que lleva a Leonard, un investigador de una compañía de seguros interpretado por Guy Pearce, (The Hurt Locker, The King's Speech), a reconstruir los hechos que lo llevaron a cometer un asesinato. La narración comienza por el final en una de las mejores secuencias iniciales de la historia del cine con la cámara corriendo en reversa: el resto de la película es desenvolver el manto que cubre los hechos anteriores. Sin embargo, no se trata de seguir en sentido opuesto el método causa-efecto. Es más complejo, ya que en el transcurso del film, saber la causa no es suficiente cuando ésta es el efecto de algo más y así el investigador se va hundiendo en un complot del que, por su condición, no está conciente. El “efecto”, el recuerdo del violento ataque que sufren Leonard y su esposa que termina en la cruel muerte de ella, es el motivo por el que el investigador se va sumergiendo en una misión que ante todo busca la venganza, no al estilo del “ojo por ojo…”, sino un acto violento que haga reaccionar al investigador y que logre sacarlo de la pesadilla que está viviendo.
Tanto la historia de Leonard como la del hombre con una condición parecida al del investigador corren en paralelo pero terminan por mezclarse aumentando el sentimiento de confusión para el personaje y para el espectador. Esto no es un defecto. La narración se abre a diversas explicaciones e interpretaciones que incomodan placenteramente al espectador: es como si Dashiell Hammett hubiera escrito Rayuela (dicho sea con el perdón de los fans de Julio Cortazar).
En la mejor tradición del thriller, la película usa la voz off de Leonard para el recuento de los hechos pero sus conversaciones con el interlocutor desconocido en las secuencias de las pláticas telefónicas desde el motel, son parte también de esta red de intrigas que en apariencia sólo ocurren en la mente del personaje.
No sólo es un juego de “quien es el culpable”: es tratar de saber si es verdad o mentira la muerte de la esposa del investigador y si tiene sentido todo lo que Leonard hace por descubrir lo que pasa en realidad.
La principal virtud del tercer largometraje de Nolan, es el manejo inteligente de las secuencias a color y las de blanco y negro para diferenciar lo que linealmente es el “presente” y el “pasado” dentro de la película. Y tiene sentido ya que la historia es en realidad una búsqueda, no de la verdad, sino del sentido de las cosas en un caos de la percepción del tiempo del investigador. La narración del film parece confusa desde el inicio pero lo que hace el director es una desfragmentación de hechos que el espectador va armando en su mente pero que no da por resultado una imagen única como en un rompecabezas.
Una gran película para cualquier momento de la semana (de preferencia para un sábado, si solo si, hay una buena pizza, buen vino y mejor compañía).
Amnesia (Memento) EUA, 2000. Dirigida por Christopher Nolan. Guión de Christopher Nolan basado en el relato “Memento Mori” de Jonathan Nolan. Con Guy Pearce, Carrie-Anne Moss y Joe Pantoliano. Región 1 y 4. Hay una edición especial, región 1, con una opción que permite ver el film en orden cronológico.
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