martes, abril 21, 2009

Descubrimientos: Christoffer Boe

Eduardo Lucatero
lucatero@rollodepelicula.com


En Dinamarca debe haber algo en el agua. Desde que el cine llegó al pequeño país escandinavo, éste ha producido consistentemente directores interesantes, que van desde el clasicismo de Dreyer a lo revolucionario de Von Trier, pasando por una buena cantidad de realizadores de competentes cintas comerciales que no le piden nada al cine de Hollywood.

Uno de los nombres más interesantes en surgir de Dinamarca es Christoffer Boe. Durante su paso por la Escuela Nacional de Cine realizó una trilogía de cortometrajes (Obsession, Virginity y Anxiety) que le valieron varios premios. En éstos trabajos, Boe trabajó casi siempre con el mismo equipo; el cinematógrafo Manuel Claro, la productora Tine Pfeiffer, el editor Peter Brandt , y los actores Marie Bonnevie y Nikolaj Lie Kass (quienes participarían más tarde en su ópera prima).

El Instituto Danés de Cine creó un esquema llamado “Director’s Cut”, con la idea de promover un cine más personal. La idea consistía en que los realizadores tuvieran absoluto control sobre la obra, siempre y cuando se realizara rápidamente y con el modesto presupuesto ofrecido. Boe aceptó la oferta, y comenzó a escribir una idea vagamente basada en los 99 ejercicios de estilo de Raymond Queneau y en “Repetición” de Soren Kierkegaard, en clave de historia de amor. El resultado: Reconstruction (2003).



Alex, un joven fotógrafo, lleva una vida tranquila con su adorable y comprensiva novia Simone. Una noche, conoce al azar a una hermosa mujer (idéntica a su novia, ambas interpretadas por la misma actriz). Ella, llamada Aimée, está casada con un prestigiado escritor, pero decide igual pasar la noche con Alex. Al día siguiente, la vida de Alex ha cambiado por completo; ni Simone, ni su familia o amigos dicen reconocerlo, por lo que Alex tiene que cruzar la ciudad de Copenhague para encontrar a Aimée y descubrir si todo se trata simplemente de un sueño. O de una creación del escritor esposo de Aimée. O de un relato de un merolico del metro. O de un mal recuerdo. O de algo completamente diferente.



La película, (firmada no por Christoffer Boe, sino por El Señor Boe y Compañía, como muestra de respeto, según el realizador, a la importancia de su equipo completo), recuerda a El año pasado en Marienbad, así como a varias cintas de Lynch y Godard, pero logra tener una identidad propia, en parte gracias al estupendo trabajo visual de Claro. Reconstruction ganó el premio a la mejor ópera prima en Cannes y muchos otros reconocimientos.

Boe fue invitado a participar en el filme colectivo Paris, Je t´aime, pero su corto no fue incuído finalmente en la cinta. Igualmente, la recepción de su siguiente cinta, Allegro (2005) fue mucho menos calurosa.



Allegro es, en palabras de su director, una cinta de ciencia ficción. Evidentemente no se trata de ciencia ficción en el sentido tradicional; simplemente explora una realidad alternativa. El protagonista es un celebrado pianista danés, elusivo y excéntrico, que lleva diez años viviendo en Nueva York. Bajo pretexto de entrevistarlo, un misterioso hombre (además narrador de la película), lo convence de regresar a Copenhague, pues “su pasado” ha sido secuestrado. El pianista regresa a su ciudad natal, para descubrir que en ella existe un misterioso lugar llamado “La zona”, sellado del resto de la ciudad por una barrera invisible, de donde nadie puede entrar o salir. “La zona” es además el área donde el pianista solía vivir, escenario también de su gran historia de amor, la cual no concluyó bien y ahora ha olvidado por completo.

Allegro es una cinta complicada, realizada por alguien que no está preocupado realmente en que algo esté ocurriendo, pero concentrado más en el placer de construir una atmósfera inquietante. Entre el abierto homenaje a Stalker y las complicaciones al estilo de los guiones de Charlie Kauffman, Boe juega también, como en Reconstrucción, con las diferentes posibilidades que brinda el no definir la identidad del narrador, con barrocos detalles de cuento de hadas para adultos y con una complicada de mezcla de texturas y técnicas (que incluyen aquí interludios de animación, además de planos de la ciudad). Lo curioso es que la cinta ha dividido a varios fans de Reconstrucción; para algunos, la cinta es pretenciosa y confusa, para otros es menos pretenciosa y más clara que la primera.



Offscreen cierra una trilogía en la que Boe dice explorar la imposibilidad del amor. El actor Nicolas Bro (presente en Reconstrucción y Allegro) interpreta a un actor llamado Nicolas Bro, amigo del director Christoffer Boe, interpretado por el director mismo. Bro decide hacer una película sobre sí mismo, con una cámara prestada por Boe. Al principio de la cinta, se nos informa que Bro ha desaparecido y que Boe ha decidido editar la película con los cassettes encontrados. El resultado es el relato de la lenta destrucción del matrimonio de Bro y su paulatina pérdida de la razón. De las tres es la menos interesante, aunque la interpretación de Bro es fascinante.

Christoffer Boe ya tiene otra cinta terminada, llamada Prediction y se encuentra actualmente rodando otra tentativamente llamada Alting bliver god igen (Todo va a estar bien).

Reconstrucción y Allegro se encuentran disponibles en DVD.

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